Bachillerato automático permanente

REFLEXIONES

Rubén Quiroz Ávila

El solo hecho de que se discuta que el bachillerato sea o no permanente es una demostración de que los enfoques sobre el debate del estado de nuestra educación universitaria optan por un tópico más cargado de buena voluntad, retórica populista y anhelos falaces que de realidad.

En un escenario ideal, aunque ilusorio, el supuesto es que todos los que estudian tienen que demostrar, con un texto de mediana complejidad, que dominan aspectos de investigación y de los protocolos de organización de información, analizarla y hacer una propuesta respecto a ello. Se entiende que es una suerte de prueba final en la que el estudiante valida ante un jurado especializado lo que ha hecho durante cinco años o más que toma estudiar en una universidad peruana.

Sin embargo, esa visión hiperbólica tiene consecuencias irreparables para la población universitaria. Bajo el pretexto de una acreditación académica exigible se traba en realidad al talento joven que, ante la sobreexigencia formal, tiene que sobrepasar una barrera más, a pesar de que ha demostrado en todo el período de estudios que tiene las competencias requeridas y planificadas para su formación profesional. El que esté aprobado en sus cursos y haya pasado todas las exigencias respectivas en sus niveles formativos es una demostración suficiente de sus capacidades. Cada año, seguro con idas y vueltas, ha quedado adecuadamente verificado que el estudiante ha satisfecho los requisitos académicos y preprofesionales correspondientes. Por lo tanto, emplazarle una barrera más para constatar lo evidente es un exceso perjudicial a tal punto que, además de crear obstáculos administrativos, pone en desventaja al futuro egresado, ya que no le permite cerrar el círculo de formación como lo requiere.

En pocas palabras, la exigencia de un bachillerato condicionado a demandas que el estudiante ya ha demostrado a cabalidad en el período correspondiente no es necesaria ni para su consolidación académica ni para el acceso a posibilidades inmediatas laborales. ¿Hay alguna empresa que solicite si el bachiller obtenido es con tesis o sin tesis? Más bien debería ser considerado ya una barrera burocrática e incluso una sobrecarga social y financiera que nos hace creer falsamente que si no hacemos ese procedimiento lleva a un demérito. Como queda demostrado, todos aquellos que completan los créditos poseen méritos suficientes y probados en los que sus competencias, habilidades y destrezas han sido puestas constantemente a prueba. Por ello considero que debería de una buena vez aprobarse el bachillerato como parte final administrativa de todo egresado, y concentrarnos en la calidad y la pertinencia de los planes de estudios ante la demanda social y los nuevos escenarios ante inéditos paradigmas.

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