Por: Carlos Meneses

No hay propósito de enmienda en la terca posición de la presidenta Boluarte de no dialogar con la prensa nacional.

Una de las grandes omisiones en el mensaje a la Nación que a todos los peruanos dirigió, el 28 de julio, la presidenta Dina Boluarte fue explicar por qué durante casi 300 días de un año no ha posibilitado diálogo alguno con la prensa y ha persistido en una ausencia lamentable en un país democrático y de libertades.

El hecho ha sido advertido por quienes, el mismo 28 de julio, pudieron comprobar que grupos de policías y soldados rodearon a la gobernante no permitiendo que nadie se acercara para tomar declaraciones incluso de su propio mensaje.

En esas condiciones se puede observar que el proceso electoral será similar al que ha tenido en su comportamiento la mandataria Dina Boluarte y de seguro eso traerá problemas en el desarrollo de una política de libertades que es indispensable en un proceso eleccionario.

Los peruanos queremos conversar con la mandataria y no lo hemos podido hacer porque han habido elementos contrarios a la posibilidad de un diálogo franco y abierto sobre problemas nacionales.

Ahora que llegue el momento de las elecciones es prudente y justo que las cosas cambien. La jefa de Estado tiene la oportunidad de demostrar que sí quiere conversar con la prensa no solo internacional sino con quienes vivimos en el país y hacemos periodismo.