Población exige un pronto cambio de actitud.

Por Danna Felipe B.

Mucho más que los alcaldes, los consejeros son los principales representantes de las provincias ante el gobierno regional de turno. Su función fiscalizadora les permite rendir mejor. Nila Roncalla Camargo es una del par de consejeros que tiene la provincia de La Unión. Es su obligación averiguar por qué en su provincia hay obras que llevan años sin salir y pronunciarse firmemente al respecto. Sin embargo, para muchos habitantes, simplemente la consejera da a entender que está cómoda de “brazos cruzados”.

Algo que molesta a Jaime Vera, presidente del Comité de Lucha de La Unión, y lo da a conocer con mucho respeto, es que con Roncalla Camargo es difícil comunicarse. Nunca debemos olvidarnos que no hay nada más básico que la comunicación en todo lugar.

“No es mi intención ofenderla, pero de verdad no sabe desenvolverse. Solo dice ‘Por favor’, ‘Por favor’. Bueno”, dijo decepcionado Vera Huamani.

Para nuestro entrevistado, una consejera no puede tener esa actitud. Debe ser firme en su hablar y actuar. “No hay exigencia al gobernador. Por el contrario, está sumisa pidiendo favores. Está muy pésima. No ha ayudado en nada”. En este punto quiso aclarar que los modales nunca deben faltar. Sin embargo, el gobernador tiene la obligación de mejorar la calidad de vida de su gente; gana una fuerte suma de dinero al mes por eso.

Entonces, Jaime Vera afirmó que la consejera debe cambiar su actitud, exigir el reinicio de grandes obras como el primer hospital de la provincia, Cotahuasi, el túnel entre Pampamarca y Huaynacotas, la vía Tomepampa-Alca-Puyca, entre otras.

Pese a todo, también hizo un mea culpa, pues al final cada provincia en Arequipa tiene las autoridades que ella misma eligió.