Por: Carlos Meneses

La promesa de encontrar caminos que conduzcan a los entendimientos entre los hombres es una de las metas a la que hace frecuente mención el santo padre y estamos seguros que recibirá el apoyo de los gobernantes de todas las naciones       

Una de las más agradables sorpresas del pontificado de León XIV es su acercamiento a los jóvenes y el afecto con que le responden las juventudes a quien está empeñado en conseguir que ellos sean los protagonistas de un gran cambio que signifique bienestar para todo el planeta y en especial para mantener la paz y combatir el hambre.

Acaba de terminar una cita juvenil a la que el santo padre ha dado singular brillo y ahora anuncia que la próxima reunión a realizarse en Corea volverá a ser una oportunidad para no solamente predicar a las juventudes sino convencerlas a luchar por la paz y el desarrollo.

El papa se ha encargado de llevar una cruz sobre los hombros y dice que no le incomoda hacerlo después del sufrimiento que padeció Jesús bajo el madero. León XIV se sintió bien durante la vigilia realizada con jóvenes de diferentes naciones quienes al final de la misma fueron bendecidos.

El papa ha prometido que irá a Corea cuando llegue el momento de volverse a encontrar con juventudes que como en este caso fueron igualmente grandes en el número de varones y mujeres que se acercaron a él y que no tuvieron problema en arrodillarse para pedir a Dios que terminen las penurias de la guerra de Rusia-Ucrania y la de Gaza.

León XIV se mostró apesadumbrado por el hambre que se sufre en naciones que tienen conflictos en Medio Oriente y en especial entre árabes y judíos.