Por: Adrián Quicaño P.

Hermosas playas y una producción agrícola de calidad resaltan.

SUS TINAJAS SON DE LAS MÁS ANTIGUAS DEL PAÍS

Muchos de nosotros no hemos tenido la oportunidad de probar los productos de tan alta calidad que aquí se producen. Sus tierras otorgan piscos únicos en el mundo, de una clase que solo se consumen en la capital o en el extranjero. De igual manera, su belleza natural es cada día más apreciada, sobre todo en sus costas. Aquí se encuentran los frutos del mar que consumía el Inca. Además, su gran potencial turístico se extiende en petroglifos, quebradas, bosques y lomas.

Caravelí es un pueblo con una amplia y rica historia, datan testimonios de las culturas prehispánicas que se establecieron en el valle: Nazca, Wuari y Collahua, dejando importante presencia arqueológica: ruinas, tumbas, arte rupestre, ceramios, textiles y andenerías. Los mismos que recién hoy en día logran notoriedad por investigadores y fuereños. La provincia de Caravelí fue fundada el 22 de febrero de 1935, mediante la Ley N.° 8004, durante el gobierno del presidente Óscar R. Benavides.

Fue durante la época de la Colonia que se introdujo el cultivo del trigo y la vid. De esta época se registran las primeras producciones de vinos y piscos; estudios demuestran que sus tinajas son de las más antiguas del país. El molino de granos que aún subsiste sirvió para producir harinas y derivados. Por su parte, la fe católica, representada en la patrona del pueblo, la Virgencita del Buen Paso, fue traída en el siglo XVII.

En la línea de tiempo apareció la República, en la zona se hizo presente con sus continuas guerrillas, utilizando el mariscal Ramón Castilla en 1839 el valle como escenario estratégico. El naturista Antonio Raimondi, en 1863, se dio tiempo para visitar esta apacible tierra. Hoy, hasta nuestros días, la historia de Caravelí también nos relata de personajes ilustres: sacerdotes, médicos, abogados, militares y artistas que contribuyeron a engrandecer nuestra patria.

Los caravileños son gente muy amable y amigable, también muy inteligente y respetuosa de todo lo que significa su tierra, la misma que tiene grandes potencialidades, pero que no son aprovechadas como se debería. “En cuanto a sus playas y producción agrícola, es una provincia riquísima. Se necesita más apoyo de las autoridades. El potencial también está en la minería, solo que hay un abandono a la formalidad. En cuanto a la riqueza de nuestro mar, eso es algo único en el mundo. Somos el puerto del erizo”, nos narra el experimentado pescador local Juan Miguel Cervantes.

Aquí es imposible no mencionar que se ubica Puerto Inca y, tal como su nombre lo indica, este era uno de los principales puntos de abastos marítimo del incanato. Los mejores frutos del mar eran llevados por chasqui hasta la capital del imperio, para que sean degustados solo por el Inca.