Condesuyos: música, comercio y resistencia en el sur andino

Por: Daniela Santander Revilla

En el corazón del sur andino, entre nevados imponentes y tierras fértiles, Condesuyos guarda una historia que mezcla resistencia, tradición y trabajo. La provincia fue oficialmente creada el 21 de junio de 1825 por decreto del libertador Simón Bolívar, mientras que su capital, Chuquibamba, se fundó el 15 de julio de 1565 bajo el nombre de “La Santísima Inmaculada Concepción de Chuquibamba”.

El comercio interandino marcó profundamente el desarrollo local. Desde la colonia, los arrieros trasladaban pisco, caña y ganado hacia mercados del sur y la costa, convirtiendo a Condesuyos en un centro de intercambio vital. Esta dinámica impulsó la creación de la primera escuela fiscal de la región en 1790 y del colegio San Luis Gonzaga en 1851, uno de los primeros centros de educación secundaria del sur.

Chuquibamba, conocida por su producción agrícola, quesos y su riqueza natural, también ha sido cuna de una rica tradición musical que se mantiene viva en festividades y reuniones populares. Sobre este legado, Pablo Raúl Fernández Llerena, decano nacional del Colegio de Sociólogos del Perú y natural de la capital provincial, resalta que la música chuquibambina es uno de los mayores orgullos de la zona. Existe un registro de más de 300 canciones propias, interpretadas y difundidas históricamente por los arrieros condesuyanos, quienes llevaron sus melodías por todo el sur andino. Fernández Llerena destaca que música y comercio estaban estrechamente ligados, las ferias, trueques y viajes se convertían en escenarios para interpretar canciones y reforzar la identidad colectiva.

Además de su papel en el comercio y la cultura, los arrieros condesuyanos también participaron activamente en la historia política. Fernández recuerda a los llamados montoneros chuquibambinos, que acompañaron a Mariano Melgar junto a Pumacahua, combatieron contra el presidente Ramón Castilla. Estos grupos, formados por hombres de la provincia, dejaron una huella en la memoria colectiva como símbolo de coraje y resistencia.

Hoy, Condesuyos sigue siendo una tierra agrícola, ganadera y minera con un valioso patrimonio cultural. Para su gente, rescatar esa tradición musical y ese espíritu comercial no es solo un acto de memoria, sino una oportunidad para proyectarse hacia el futuro. Como resume el sociólogo, la provincia es “un pequeño pedazo del Perú” donde conviven riqueza, historia y desafíos.

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