La cultura de Arequipa en el “mundo gamer”

Por: Daniela Fernández Cruz

Videojuego arequipeño rescata la identidad de la campiña.

RECONOCIMIENTO NACIONAL

El talento local brilla más allá de las fronteras de la región, en el marco de las celebraciones por el aniversario de Arequipa, Diego Montoya Constantinides, comunicador social y creador independiente de videojuegos, ha logrado un importante reconocimiento nacional al quedar entre los 10 finalistas de la Patrimonio Game Jam 2025, certamen organizado por el Ministerio de Cultura y la CVA que reunió a más de 450 participantes de todo el país. Su obra, “Susurros de la Campiña: Un Ritual para Recordar”, es el primer videojuego inspirado en la campiña arequipeña y fue desarrollado íntegramente por él en tan solo 10 días.

En los últimos años, Arequipa ha comenzado a destacarse como un espacio creativo para el desarrollo de videojuegos con enfoque cultural y local. Uno de los primeros proyectos de esta naturaleza fue “El Reto del Rocoto”, creado por estudiantes jóvenes y considerado «el primer videojuego realizado en Arequipa». Este Game, en estilo pixel art, invita al jugador a recolectar ingredientes tradicionales para la picantería «Tradición Arequipeña» antes de su apertura, ofreciendo una experiencia lúdica que promueve la gastronomía local y la identidad andina.

Además, la ciudad ha sido sede de eventos y festivales orientados a la cultura del gaming. En agosto del pasado año, se celebró el Game Fest 2024 en el auditorio del Cultural, un evento con torneos de videojuegos populares como FIFA y Super Smash Bros, orientado a unir a la comunidad gamer local en torno al entretenimiento interactivo. Estas iniciativas resultan clave para fomentar tanto el consumo como la producción de videojuegos en la región y sientan bases para que desarrolladores como Diego Montoya continúen destacándose con proyectos como “Susurros de la Campiña”.

Este título combina plataformas, exploración y narrativa interactiva con una estética pixel art contemporánea para rendir homenaje al patrimonio inmaterial de la región. A través de escenarios que incluyen el imponente Misti, árboles de molle, la ganadería local y la devoción a la Virgen de Chapi, el jugador recorre un viaje guiado por los recuerdos de un abuelo loncco, en una experiencia que rescata la memoria oral y las tradiciones arequipeñas. Disponible gratuitamente en línea, el juego es un tributo que demuestra que la cultura de Arequipa también puede preservarse y difundirse en el mundo digital.

Inspirado en la campiña y en la riqueza cultural de la Ciudad Blanca, Montoya decidió plasmar en su obra escenarios que representan la esencia arequipeña. El proyecto fue un verdadero reto, en solo 10 días y trabajando en solitario a pesar de que el concurso permitía equipos de hasta cinco integrantes, logró dar vida a una propuesta visual y narrativa única. “Había días en los que no lograba dormir y a veces solo descansaba dos horas porque el tiempo era ajustado”, menciona.

La historia del juego invita a recorrer la campiña a través de la mirada de un arequipeño y su abuelo loncco characato, un personaje representativo del arequipeño tradicional que comparte frases y enseñanzas cargadas de identidad. Este elemento, junto con la música y los sonidos propios de la chacra, permite que el jugador se sumerja en un ambiente auténtico y lleno de referencias culturales.

Comunicador social y creador independiente de videojuegos, Diego Montoya.

Montoya cuenta que su meta es que este tipo de propuestas refuercen la idea de que los videojuegos también pueden ser vehículos para educar y revalorizar la cultura. “Al final del juego se deja la lección de que tenemos que valorar todos nuestros espacios y nuestra identidad como arequipeños”, afirma. La estética pixel art y el cuidado por los detalles culturales refuerzan este mensaje y conectan al jugador con sus raíces.

Representar a Arequipa en un concurso nacional fue, para Montoya, una experiencia enriquecedora y significativa. “Salir a Lima y llevar mi ciudad conmigo fue algo muy importante para mí”, asegura. Con “Susurros de la Campiña: Un Ritual para Recordar”, no solo pone en vitrina la belleza y el valor de la campiña arequipeña, sino que también abre el camino para que más creadores se animen a incluir la identidad regional en sus proyectos, fortaleciendo el vínculo entre cultura y tecnología.

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