División de Investigación Criminal de Miraflores asumió el caso.

La tranquilidad de Miraflores se quebró la noche del último viernes cuando sicarios ejecutaron a balazos a un agente inmobiliario en plena calle Bartolomé Herrera, a escasos metros del Óvalo Gutiérrez.

La víctima, de 43 años, recibió dos disparos en el cuello mientras se encontraba dentro de su camioneta. El ataque ocurrió alrededor de las 10:30 p. m., cuando abandonaba su centro laboral acompañado de su pareja.

Dos sujetos en motocicleta interceptaron el vehículo y dispararon a quemarropa, causando el pánico inmediato de vecinos y transeúntes de una de las zonas más exclusivas de Lima.

A pesar de la gravedad, el empresario aún respiraba cuando agentes de Serenazgo y efectivos de la comisaría de Miraflores lo auxiliaron.

El traslado al Hospital Casimiro Ulloa fue de inmediato, pero minutos después la víctima perdió la vida. Su pareja, que resultó ilesa, protagonizó una desgarradora escena de dolor al confirmarse el deceso.

La escena del crimen reflejaba la violencia con crudeza: casquillos en el pavimento, vidrios perforados y el eco de la conmoción entre vecinos que no podían asimilar la magnitud del ataque.

Otro testigo aseguró: “Cuando lo subieron a la tolva del patrullero, todavía respiraba. Una hora después, la mujer que iba con él gritó que ya había fallecido”.

Peritos de criminalística inspeccionaron la camioneta, recogieron los casquillos y evalúan la modalidad de ejecución: un crimen por encargo.

La División de Investigación Criminal de Miraflores asumió el caso y anunció que revisará las cámaras de seguridad del perímetro, claves para identificar a los atacantes que huyeron a toda velocidad por la avenida Santa Cruz.

Las primeras indagaciones buscarán esclarecer los posibles móviles detrás de la emboscada, que expuso una vez más la penetración del crimen organizado en espacios urbanos de alto perfil.