Por: Danna Felipe B.

Cleide Dines Da Silva Díaz presenta y su obra “León XIV en el alma peruana”.

CUENTA TESTIMONIOS DE QUIENES LO CONOCIERON

La admiración por una persona es un motor muy potente, nos muestra nuevos horizontes. La arequipeña Cleide Dines Da Silva Díaz, en su haber, había escrito tres glosarios, pero nada que ver con el libro que el papa XIV ya tiene en sus manos. No es una cronología bibliográfica. Es una recopilación de su humanidad a través de testimonios concretos. No nos ilustra al papa Robert Francis Prevost como un ser perfecto, eso no existe. Nos lo presenta como un buen ser humano, con un perfil admirable y alcanzable. Ello es lo que plasma “León XIV en el alma peruana”.

¿Cómo la arequipeña se lanza a cambiar radicalmente su escritura? Ella nos comparte que conoce al papa, nacido en Estados Unidos y nacionalizado peruano, mucho antes de que se convirtiera en sumo pontífice y las expresiones de cariño comenzasen a aparecer. A sus ojos y oídos llegaban noticias del obispo, título que tenía en Chiclayo, y de la bonita huella que estaba dejando en nuestro país. Su accionar dentro y fuera de su diócesis.

“El obispo Robert Prevost está haciendo esto y aquello en Perú. Escuché de él en la pandemia. Ayudó con plantas de oxígeno, salvando muchas vidas. Yo me quedé con eso y dije: qué maravilla de ser humano. Durante el fenómeno de El Niño, hay una foto donde él sale con sus botas y el agua hasta las rodillas. Entonces, ¿normalmente quién sale? ¿Quién hace?”, nos narra Da Silva Díaz.

Comenzó a indagar sobre él. A absorber entrevistas, testimonios de personas que tienen vivencias con él. “De verdad me comencé a enamorar, literalmente a enamorar”. Cada entrevista y testimonio era un deleite para los ojos y oídos. Ella los interpretó como fragmentos de la vida del papa, pero sin apariencias. No quería que le vendiesen un ser perfecto, que nunca erra. Todo lo contrario. Fue agradable descubrir la humanidad de papa, cómo su esencia ha cautivado a incontables personas. Puede sonar muy simple, pero en la práctica es realmente complejo; la habilidad de caer bien, aunque no te conozcan en persona.

Naturalmente, lo empezó a admirar. No solo por su naturaleza bondadosa, sino por su alta capacidad intelectual también. Le sorprende su inteligencia académica y social. Ella ha podido identificar que, entre los múltiples dones del papa, está el de escuchar. Nuevamente, puede sonar muy simple. A todos nos gusta ser escuchados y, a contrapelo, muy pocos practicamos la habilidad de escucha activa. Varios estamos muy ensimismados en el yo.

“Robert se calla, te escucha, tú puedes hablarle lo que tú quieras y luego te responde”, dijo con un tono de admiración.

No podemos hablar del papa sin abordar por qué Perú lo quiere. Robert Francis Prevost nació en Estados Unidos, pero tiene nuestra nacionalidad. Nos dedicó en exclusiva parte de sus primeras palabras como papa. De inmediato, las redes sociales se llenaron de mensajes de cariño, nostálgicos, de buenas vibras para la nueva cabeza de la Iglesia católica tras el sensible fallecimiento de Francisco. Pero también hubo quienes, desde el exterior, no estaban convencidos de que el sumo pontífice sintiera un arraigo con la tierra Inca. Que solo se nacionalizó por necesidad.

La escritora Da Silva Díaz no niega que haya habido necesidad. Tampoco se busca imponer un cuento de hadas. Sin embargo, afirmar que no se identifica con Perú es una completa mentira para ella.

“Para poder tener una vida tranquila, obviamente. Pero él ha dicho que se identifica con su comunidad en Chiclayo, con su diócesis, con el Perú. Le encanta la comida peruana, su cabrito frito. Son más de 20 años que él ha vivido en el Perú, entre idas y venidas. Con más de 20 años que has vivido ahí, entonces dime, ¿no vas a tenerle cariño, no te vas a identificar? Él dio mucho de su vida en Perú y lo sigue demostrando”, puntualizó Cleide Dines.

A través de “León XIV en el alma peruana”, la autora persigue que el papa sepa que acá se lo quiere mucho. Fue un arduo trabajo, pero sobre todo una experiencia que recordará siempre.

Logró contactar con Mildred Camacho, ahijada del sumo pontífice. “El cariño y el aprecio que le tiene, y que ella quería que en algún momento él lo supiera. Yo sé que el papa ya está leyendo mi libro. Él se va a enterar. Y eso es bonito”. Con Antero Céspedes. “El padre rezaba porque Robert no sea elegido papa porque él quería que en septiembre estuviera en Santa Cruz por motivo de la festividad del Señor del Costado”. Con César Piscoya. “Contó una anécdota bonita. Una vez se puso a manejar un vehículo sin tener brevete. Estaba trasladando unos 35 niños a la playa. El papa, cuando se enteró, le jaló las orejas”.

La autora nos confía que escuchar todos estos testimonios fue una sublime experiencia.

“Comencé a imaginar las escenas, era como un cuento, una película. Entonces, cada anécdota las imaginaba y me reía, las vivía. Entonces yo decía: si me siento tan agradable, me siento tan bien, ¿cómo será cuando el papa lea mi libro? Él también sentirá emociones. Que reviva todos esos momentos bonitos, y cómo así ha encantado en cada una de estas personas, porque es un cariño indistinto. Eso es”, señaló.

Que el papa León XIV tenga ya su libro en sus manos es un gran sueño para la escritora arequipeña. Por el momento, hay dos únicos ejemplares de esta obra que salió con la ayuda de varias personas, a las que la autora agradece enormemente.

El segundo ejemplar espera ella pronto llegue a su tierra, Arequipa. También espera escribir un segundo y hasta un tercer libro sobre el papa, con ayuda de todos nosotros, si en caso tenemos una vivencia con él que queramos que el mundo sepa. Que no se trata de bombardeo de amor pasajero. Reforzar la idea de que el papa nacionalizado peruano es un buen ser humano, la persona que más admira nuestra entrevistada por su gran valor espiritual en su vida y en la de millones de personas.