Sedapar subirá tarifas de agua pese a no cobrar el 30 % de lo que produce

Por Jorge Turpo R.

El Ministerio de Vivienda y Sunass avalan el alza. Mientras que la empresa de saneamiento sigue perdiendo un tercio del agua que produce. La carga económica para ejecutar proyectos, la asumirán los usuarios.

ALZA SERÁ DE S/ 16 DESDE NOVIEMBRE

En Arequipa, abrir el caño cada vez será más caro. La Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass) avala el rebalanceo tarifario aprobado a favor de Sedapar por el Ministerio de Vivienda, lo que significará un incremento en los recibos de agua potable a partir del último trimestre de 2025.

La medida, según la empresa prestadora, busca garantizar los recursos necesarios para ejecutar proyectos de infraestructura que permitan ampliar la cobertura y mejorar la calidad del servicio.

Con el nuevo esquema tarifario, Sedapar prevé que los usuarios domésticos sentirán un incremento diferenciado según su consumo. En promedio, el alza oscilará entre 8 y 16 soles adicionales por recibo, aunque los hogares de mayor consumo serán los más golpeados.

En números simples, una familia que hoy paga 40 soles al mes por agua potable pasará a desembolsar hasta 56 soles, lo que representa un aumento cercano al 40 % en algunos casos.

El ajuste, aunque aparentemente pequeño en cifras absolutas, significa un golpe sensible en los presupuestos familiares, sobre todo en sectores populares donde cada sol cuenta.

Saúl Alire, jefe de la Sunass en Arequipa, explicó que el rebalanceo tiene como propósito garantizar la sostenibilidad de la empresa, pero reconoció que la medida será impopular.

“Habrá familias que paguen 16 soles más de lo que cancelan actualmente, pero esos recursos están destinados a obras que mejorarán el servicio en los próximos años”, señaló.

AGUA NO FACTURADA

Sin embargo, hay una paradoja difícil de explicar: mientras la compañía se prepara para cobrar más a los usuarios, cerca del 30 % del agua que produce nunca llega a facturarse. No se trata de que el líquido desaparezca por arte de magia, sino de un problema estructural de gestión. Sedapar bombea, potabiliza y distribuye, pero no logra cobrar por casi un tercio de su producción.

Ese fenómeno se conoce como “agua no facturada” y puede deberse a conexiones clandestinas, fugas en las redes o deficiencias en el sistema de medición y cobranza.

En el caso de Sedapar, equivale a millones de soles que la empresa deja de recaudar cada año.

El dato es especialmente sensible porque el rebalanceo tarifario, según Saúl Alire, jefe de la Sunass en Arequipa, no tiene como único objetivo subir el costo a los hogares, sino asegurar que la empresa tenga recursos frescos para financiar nuevas obras.

Si ese 30 % se cobrara con eficiencia, buena parte de las inversiones podrían cubrirse sin necesidad de trasladar el peso a los bolsillos de los usuarios.

En la práctica, mientras Sedapar no solucione sus fallas de gestión, el incremento se percibe como un castigo al buen pagador.

El vecino que cancela puntual cada mes terminará subsidiando a quienes se abastecen sin pagar o a una administración que no logra cerrar sus propias fugas.

Sunass, consciente del malestar que genera cualquier aumento tarifario, ha intentado poner paños fríos.

Alire adelantó que la entidad intensificará la fiscalización sobre Sedapar y que cada sol adicional recaudado deberá destinarse exclusivamente a proyectos que impacten en la calidad del servicio.

Esto incluye plantas de tratamiento, ampliación de redes en zonas periurbanas y mejoras tecnológicas para asegurar continuidad.

El compromiso luce alentador, pero los usuarios reclaman resultados concretos. No se trata solo de ver planos o estudios, sino de comprobar que los proyectos se ejecuten y que, a cambio de pagar más, el agua llegue limpia, constante y con presión adecuada.

El rebalanceo tarifario entrará en vigor a partir del primer ciclo de facturación inmediatamente posterior a su aprobación por el Consejo Directivo de Sunass, lo que ocurriría entre noviembre y diciembre de 2025.

El acceso al agua potable es un derecho humano reconocido por las Naciones Unidas. En Arequipa, sin embargo, ese derecho enfrenta tensiones permanentes. El crecimiento urbano ha multiplicado la demanda, los cambios climáticos reducen la disponibilidad de fuentes y la infraestructura existente resulta insuficiente.

En ese contexto, Sedapar defiende el incremento tarifario como la única vía viable para no colapsar. Pero el argumento pierde fuerza frente a la ineficiencia en el cobro. No basta con pedir más dinero si al mismo tiempo se permite que el agua se pierda en tuberías averiadas o que usuarios clandestinos se conecten sin control.

El debate sobre el agua en Arequipa trasciende los recibos. De cómo gestione Sedapar sus recursos dependerá que la ciudad pueda afrontar los próximos años sin crisis hídricas severas.

RESALTARLa región no puede darse el lujo de financiar proyectos con el bolsillo de los usuarios mientras sigue dejando escapar un tercio de lo que produce. Los próximos meses serán decisivos. Sunass tendrá que demostrar que su fiscalización es real y no un anuncio más. Y Sedapar tendrá que mostrar que está dispuesta a reducir sus pérdidas antes de exigir más sacrificios a la población.

Dejanos un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked with *.