Crece número de varones víctimas de violencia familiar en Arequipa

Hombres han comenzado a reconocer que son víctimas de violencia.

La violencia en el hogar no distingue género. En Arequipa, cada vez son más los hombres que deciden alzar la voz y denunciar agresiones dentro de su entorno familiar. Entre enero y julio de este año, 1 836 varones acudieron a los servicios del programa Warmiñan del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) para pedir ayuda, la mayoría por violencia psicológica ejercida por sus parejas.

Los registros oficiales muestran que más del 85 % de los afectados señaló haber sufrido maltrato emocional, como insultos, humillaciones y control excesivo, mientras que el resto corresponde a casos de violencia física y económica. En este grupo también figuran adolescentes y jóvenes que denunciaron maltrato en el hogar, aunque representan menos del 15 % del total.

La tendencia no es nueva. En el 2023, se contabilizaron 3 356 denuncias, y en el 2022, fueron 2 629. El aumento refleja que, poco a poco, los hombres han comenzado a reconocer la violencia de la que son víctimas y a buscar apoyo en los Centros de Emergencia Mujer (CEM). Sin embargo, todavía existe un alto nivel de subregistro.

En lo que va del 2025, Cerro Colorado concentra el mayor número de denuncias con 242 casos reportados en su comisaría, seguido de distritos de la periferia y provincias alejadas que, en conjunto, sumaron 1 523 reportes. El año pasado, la comisaría de Campo Marte, en Paucarpata, fue la que más casos acumuló.

La Defensoría del Pueblo alertó que, pese al incremento de denuncias, la mayoría de varones agredidos prefiere callar. Los estereotipos sociales y el temor a ser cuestionados por su entorno hacen que muchos normalicen la violencia y no busquen ayuda profesional. Aun así, 1 360 hombres optaron por comunicarse a la Línea 100 en busca de orientación y soporte emocional, un servicio que también registra un aumento progresivo de llamadas.

Especialistas advierten que la violencia contra varones continúa siendo un tema invisibilizado en la agenda pública, lo que limita la creación de políticas diferenciadas de atención y prevención. A la fecha, los programas de asistencia están diseñados principalmente para mujeres, por lo que se requiere un enfoque más inclusivo que considere las necesidades de todos los miembros de la familia.

De acuerdo con el MIMP, es fundamental fortalecer las campañas de sensibilización en colegios y comunidades para derribar prejuicios de género y promover que tanto hombres como mujeres denuncien sin temor. De no hacerlo, advierten, la violencia familiar seguirá normalizándose y afectando gravemente la salud emocional de la población arequipeña.

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