La identidad, privacidad y salud emocional afectada

Por: Daniela Fernández Cruz

La exposición de niños y adolescentes en redes sociales es una práctica cada vez más común, pero conlleva riesgos profundos cuando no existe control ni acompañamiento parental. El sociólogo Manuel Moncca Camargo explica que existen dos escenarios, “Cuando hay orientación de los padres, el uso puede ser controlado, aunque no del todo seguro; pero cuando el acceso es libre, el niño se encuentra en situación altamente vulnerable en su interacción con otros individuos o grupos”.

Uno de los principales riesgos está en el impacto que esta exposición genera en la construcción de identidad de los menores. Al ser seres sociales por naturaleza, los niños absorben gran parte de su desarrollo cultural y personal de los entornos donde interactúan. “Las redes sociales hoy determinan en gran medida la identidad de los niños a nivel global”, advierte Moncca, indicando que el contenido publicado sobre ellos influye directamente en cómo se perciben y son percibidos.

El especialista añade que la naturaleza misma de las redes normaliza la pérdida de la vida privada. La constante publicación de imágenes y videos hace que lo íntimo se convierta en algo público de manera sistemática, lo que normaliza la exposición de los menores. “La familia, como institución fundamental, debería resguardar a los niños, pero muchas veces son los mismos padres quienes los exponen con fines de entretenimiento o monetización”, comenta.

También se menciona la necesidad urgente de normas claras que protejan la imagen de los menores en plataformas digitales. Propone, además, alternativas saludables como la creación de espacios digitales educativos y culturales, que fortalezcan la formación integral de los niños sin exponerlos innecesariamente. “El niño merece la protección de la sociedad en todos los aspectos, así como sanción a quienes transgredan las reglas establecidas en su favor”, concluye.