¿Y si un día cayera nieve en Lima?
REFLEXIONES

Lo que necesitamos es organización comunitaria, instituciones sólidas y solidaridad entre ciudadanos.
El Eternauta es una teleserie argentina, protagonizada por Ricardo Darín, que está generando gran revuelo. Netflix lanzó el primer episodio el 30 de abril, y en apenas una semana se posicionó número uno en la lista global de las 10 mejores series en idioma no inglés de la plataforma, acumulando unos 33 millones de dólares en ese breve lapso.
La serie, dirigida por el renombrado Bruno Stagnaro, se inspira en la historieta publicada en 1957 por el escritor argentino Héctor Germán Oesterheld. La narrativa presenta a Buenos Aires sumida en una nevada tóxica provocada por invasores alienígenas, a los que resisten grupos de supervivientes. Aunque el relato se enmarca en el género de la ciencia ficción, también es reconocido como una impactante representación de la violencia y la represión en Argentina, de la que no pudo escapar el propio escritor, ya que él y sus cuatro hijas fueron asesinados durante la dictadura militar que gobernó Argentina entre 1976 y 1983.
La teleserie comienza con Juan Salvo (Ricardo Darín), un hombre común, en la casa de los padrinos de su hija, jugando cartas con un grupo de amigos. De pronto, la radio anuncia una misteriosa explosión en el océano Pacífico. Inmediatamente la electricidad se corta y comienza a caer una nieve que resulta mortal para quienes la tocan sin protección. En este nuevo escenario, Salvo, su familia y sus vecinos se organizan para luchar contra los alienígenas.
Los críticos literarios sostienen que Oesterheld presentó esta “nevada mortal” como una potente metáfora de la violencia y la represión política en su país, y a los invasores extraterrestres como una alegoría del miedo difuso que imponen los regímenes autoritarios.
Ahora bien, si esta “nevada mortal” de Oesterhelp cayera sobre Lima, la podríamos usar para simbolizar los fenómenos que generan la misma sensación de amenaza que en el relato provocan los alienígenas. Por ejemplo, la delincuencia nos cubre sin distinción y nos genera temor, como la nieve de El Eternauta. Salir a la calle, tomar un bus o simplemente caminar de noche se ha vuelto un ejercicio de peligro.
Esa nevada también podría interpretarse como la corrupción, ese manto que se filtra en las instituciones y las corroe desde adentro, debilitando la confianza, erosionando la democracia y condenando a generaciones enteras al desencanto. O tal vez sería el cambio climático que provoca lluvias descontroladas, sequías prolongadas, huaicos que arrasan pueblos.
Lo importante es que Oesterheld nos ha dejado un mensaje claro para aplicar en cada uno de esos escenarios: no hay héroes individuales que puedan salvarnos. El único héroe posible es colectivo. Frente a la inseguridad, la corrupción o el clima extremo, no bastan las soluciones mágicas ni los líderes mesiánicos. Lo que necesitamos es organización comunitaria, instituciones sólidas y solidaridad entre ciudadanos.
