Proceso de vacancia presidencial y los posibles escenarios de sucesión
Distintas bancadas del Congreso presentaron hasta cinco mociones para destituir a Dina Boluarte por incapacidad moral.
POR INCAPACIDAD MORAL
La crisis política en el país vuelve a intensificarse. Diversas bancadas del Congreso de la República han presentado —y otras anuncian— hasta cinco mociones de vacancia presidencial contra Dina Boluarte, bajo el argumento de “incapacidad moral permanente”. Ante este panorama, el abogado constitucionalista Alejandro Rospigliosi explicó los pasos legales que contempla la Constitución para este tipo de procesos y advirtió que, en caso de prosperar la destitución, la sucesión presidencial no sería automática debido a la ausencia de vicepresidentes y a la falta de consensos en el Parlamento.
Rospigliosi recordó que, conforme al artículo 113 de la Constitución, el cargo de presidente de la República puede declararse vacante, entre otras razones, por incapacidad moral permanente declarada por el Congreso. Sin embargo, enfatizó que no se trata de un procedimiento político simple, sino de un proceso con pasos formales y tiempos definidos.
PROCEDIMIENTO DE VACANCIA
El especialista detalló que el proceso inicia con la presentación de una moción de vacancia respaldada por al menos 33 firmas, equivalentes al 20 % del total de congresistas. Una vez ingresada, la moción debe ser admitida a debate por el voto favorable de 52 legisladores.
“Solo después de esa votación se programa el debate y la sesión plenaria donde el presidente de la República puede ejercer su derecho a la defensa, de manera personal o a través de su abogado”, precisó.
El plazo para esa defensa no puede exceder de diez días calendario, contados desde la admisión de la moción. Culminada la exposición, el Congreso procede a deliberar y votar la vacancia. Para que la medida prospere, se requiere una mayoría calificada de 87 votos, es decir, dos tercios del total de congresistas.
“Es un número alto, lo que refleja que el proceso de vacancia presidencial no puede ser tomado a la ligera ni responder solo a coyunturas políticas. La intención del constituyente fue que se trate de una medida de último recurso”, afirmó Rospigliosi.
ESCENARIO INCIERTO
Si el Congreso alcanzara los 87 votos y declarara la vacancia, el escenario que se abriría es complejo. Actualmente el país no cuenta con vicepresidentes, debido a que Dina Boluarte asumió la presidencia tras la destitución de Pedro Castillo y el cargo de primera vicepresidenta quedó vacante.
“En ese contexto, la sucesión recaería sobre el presidente del Congreso, pero eso no significa que automáticamente esa persona se convierta en jefe de Estado. Hay un margen de maniobra política”, explicó el constitucionalista.
Rospigliosi recordó lo ocurrido en el año 2000, cuando, tras la renuncia de Alberto Fujimori, el Congreso vacó la presidencia por incapacidad moral y la entonces titular del Parlamento, Martha Hildebrandt, fue reemplazada por Valentín Paniagua, quien finalmente asumió la conducción del país.
“Ese precedente muestra que el Congreso puede decidir que otra persona asuma la presidencia del Legislativo, si considera que el titular actual no genera consenso o no ofrece estabilidad para la transición democrática”, señaló.
En ese sentido, el constitucionalista advirtió que José Jerí, actual presidente del Congreso, puede no llegar a ocupar el sillón presidencial si las bancadas no logran un acuerdo político. “Podrían pedirle que dé un paso al costado y elegir a otro congresista de consenso, con el fin de garantizar una transición más ordenada”, agregó.

FRAGMENTACIÓN Y FALTA DE CONSENSO
La posibilidad de una vacancia abre también un nuevo capítulo de incertidumbre política. Algunas fuerzas parlamentarias ya adelantaron su postura. Fuerza Popular, por ejemplo, anunciaron horas antes que votará a favor de la moción, mientras que Renovación Popular y Podemos Perú también manifestaron su respaldo. No obstante, la fragmentación del Congreso —compuesto por más de una decena de bancadas— complica el panorama para alcanzar los 87 votos requeridos.
Rospigliosi advirtió que, incluso si la vacancia prospera, la gobernabilidad posterior sería frágil, ya que el Congreso tendría que elegir de inmediato a una nueva Mesa Directiva, y de entre ellos saldría el presidente interino del país.
“En este escenario, es muy probable que las bancadas más grandes no quieran asumir el costo político de conducir el Ejecutivo en un periodo de crisis, especialmente a menos de un año de las elecciones generales de 2026”, explicó.
El constitucionalista recordó además que no existe una norma que obligue al Congreso a convocar elecciones inmediatas tras una vacancia presidencial. El nuevo mandatario interino podría permanecer hasta el final del periodo constitucional, salvo que el propio Parlamento apruebe una reforma para adelantar los comicios.
DESENLACE PREVISIBLE
Las 5 mociones de vacancia presentadas, solo cuatro admitidas, reflejan el deterioro de las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo, y la pérdida de legitimidad del gobierno de Boluarte. Sin embargo, el desenlace sigue siendo incierto.
“Podemos tener un nuevo intento de vacancia que no prospere, como ha ocurrido antes, o una crisis política que termine en un reacomodo completo del poder. Lo preocupante es que ninguna de las alternativas garantiza estabilidad”, señaló Rospigliosi.
El abogado concluyó que, más allá del resultado, el país necesita una salida constitucional y democrática que evite un nuevo vacío de poder. “El Perú no puede permitirse otro episodio de improvisación. Es momento de actuar con prudencia y respetar las reglas del juego democrático”, finalizó al cierre de la presente edición.
