Plazos que se estiran, brechas que se agradan

VIDENZA INFORMA

Por Daniela Santander de Videnza

El Gobierno Regional (GORE) de Arequipa acaba de registrar su mejor posición histórica en el Índice Regional de Eficiencia en la Inversión Pública (IREI): pasó del puesto 12 al primero en solo seis meses. Aplausos, quizás. Pero un vistazo más profundo revela una historia menos alentadora.

El GORE muestra mejoras destacadas: el avance en ejecución subió de 51.7 % a 82 % del tercer trimestre del 2024 al 2025 (avanzó 9 puestos); y la liquidación de proyectos mejoró en cinco posiciones. Sin embargo, el principal motor del salto no fue un avance real en la ejecución física, sino un “sinceramiento” masivo de fechas que modificó el indicador “Retraso de Proyectos”. Arequipa, que registraba 1 623 días promedio, muestra ahora solo 55.

Este fenómeno no es casual. Ocurre justo después de la aprobación de la Ley N.° 32454 que dispone priorizar en el presupuesto los proyectos retrasados frente a nuevas iniciativas. Así, postergar se volvió estratégicamente conveniente. Arequipa es hoy la región que más ha postergado su cartera de inversión.

De los 201 proyectos activos al segundo y tercer trimestre de este año, siete de cada diez postergaron su fecha de término en más de cinco años. El horizonte de ejecución, antes concentrado entre 2018 y 2022, ahora se desplaza hacia 2026–2028, evidenciando una desconexión estructural entre planificación y ejecución. La raíz del problema está en la Programación Multianual de Inversiones, creada para alinear el planeamiento con el cierre de brechas, pero reducida en la práctica a un listado de obras sin visión ni prioridad real.

El impacto es contundente: 93 % de la cartera dejó de figurar como “atrasada” solo por el cambio de fechas, no por avances físicos. Estos proyectos suman S/ 10 500 millones, el 95 % del costo total actualizado. De estos, ocho de cada diez fueron postergaron entre más de 4 y 9 años.

Sectores claves como Salud y Educación concentran más cerca del 50 % de los proyectos postergados. La cartera de salud suma 61 proyectos con un promedio de 6 años de postergación; y Educación, 35 con 7 años.  Un caso representativo es el proyecto de mejoramiento de las Unidades Productores de Servicios en el hospital Honorio Delgado Espinoza en Arequipa (CUI: 2487921), el cual empezó ejecución en el 2020. Sin embargo, su fecha pasó de diciembre del mismo año a diciembre del 2030, con un costo actualizado de S/ 62.1 millones.

Esta prórroga, además de tergiversar la interpretación de indicadores, también revelan un desfase en la ejecución y un síntoma de planificación deficiente. La eficiencia no se mide por eliminar retrasos en el papel, sino por concluir en plazos razonables. Revertir esta desconexión exige planificación vinculante, metas claras y capacidades técnicas sólidas. Seguir postergando escuelas, carreteras u hospitales no es un simple ajuste técnico o administrativo: es renunciar a la oportunidad de reducir brechas y mejorar la calidad de vida de los arequipeños.

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