Necesidad básica

SIN AMBAGES

Por Úrsula Angulo

Camino unas cuadras y llego a la estación del subte. Evidentemente, es subte de «subterráneo», porque es el transporte público que pasa por debajo de las calles de Buenos Aires. Subo y estoy atenta a las estaciones, no vaya a ser que se me pase aquella en la que tengo que bajar; estoy en la estación Perú —linda, por cierto—, entonces: Piedras, Av. de Mayo, Lima, Sáenz Peña, Congreso, Pasco, Alberti, Plaza Miserere, ahí bajo yo. Cierro mi libro, guardo mi teléfono, me paro y camino hacia una de las puertas. Mientras espero a que el vagón se detenga por completo, veo que una señora, aún sentada porque seguro esta no es su estación, tiene una bolsa con una frase hermosa: Culture is a basic need, que es en español «La cultura es una necesidad básica»; y pienso que ¡claro, eso es, nada menos!

Camino por las calles, me detengo, espero a que cambie el semáforo, camino otra vez y sigo pensando en esa frase. Básica, fundamental, esencial. Eso es la cultura. No es que debiera serlo, sino que lo es. Ahora, no le damos el estatus de básica, por eso muchos la ven como una de dos alternativas: es para otros, no es para mí; o es más bien de acompañamiento, de distracción, de cosa bonita a la que le puedes dedicar un poco de tu tiempo si no estás trabajando, es más, si no estás trabajando y si ya lavaste la ropa, planchaste y sacaste el polvo de los muebles de la casa. Y ninguna de las dos es cierta.

Por supuesto, están aquellos a los que les interesan mucho las actividades culturales que puedan encontrar cerca y están pendientes de las novedades. Entonces, digamos que este artículo no es exactamente para ti (pero sigue leyendo, por favor), es más bien para el otro ti, para ti que piensas que cultura es ir al teatro en frac —o sea, como pingüino—porque llegó la ópera. Es decir, sí, también —aunque el frac no es necesario—, pero la lista es extensa: obras de teatro y recitales de violín, pero también visitar las iglesias del centro histórico y apreciar su arquitectura, es leer un libro que no está considerado dentro de los clásicos de la literatura universal, sino que fue escrito el año pasado y por su trama no va a ganar el Premio Goncourt, pero me gusta y voy a leerlo y sufriré con el personaje o me alegraré con el final feliz. La cultura no es necesariamente costosa, es más, muchas veces es gratuita: muestras de pintura o de fotografía, museos con pinturas o esculturas, museos de historia, películas clásicas. Búscala y ten la certeza de que algo te va a gustar. Y lo más bonito, es que tanto arte te va a dar otra perspectiva de todo. Si comprendiéramos de una vez que la cultura es una necesidad básica, quizá desaparecería esa preocupación por los colores y los dioses de otros. 

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