PATRIMONIO SENTIMENTAL: Proteger desde el cariño
Crear vivencias agradables en nuestros lugares históricos.
Por Danna Felipe B.
Para que alguien tenga el instinto protector sobre algo, no basta con conocerlo; debe haber sentimiento. El arquitecto José Carlos Hayakawa Casas, invitado al XII Congreso Nacional de Arqueología, afirma que el conocimiento es poder y la memoria, frágil, a menos que los recuerdos hayan dejado una huella profunda. Esto es algo que se debe aprovechar, haciendo que las personas creen vivencias sensoriales con sus lugares patrimoniales. Aunque sean suyos, muchas veces no los sienten así, y por ello han acontecido varios casos lamentables de daño. El objetivo con el patrimonio sentimental es que los espacios sean queridos y, en consecuencia, no lastimados.
“El conocimiento es poder; por eso siempre se dice que no se puede querer lo que no se conoce. Pero, cuando se analiza a detalle las características de la memoria, vemos que es selectiva: no recordamos todo lo que hemos vivido, sino que priorizamos y seleccionamos aquellos momentos que nos han hecho muy felices o tristes, que nos han impactado. Entonces, yo creo que el paradigma actual es trascender el conocimiento y buscar establecer afectos”, afirmó.
Nuestro entrevistado afirma que se puede enseñar a la mayor cantidad de personas la historia de los lugares, fechas, acontecimientos importantes, qué se puede hacer y qué no, así como las sanciones correspondientes. No obstante, el solo hecho de difundir conocimiento no asegura un cambio en los receptores. Aun después de varias lecciones, puede que el comportamiento siga siendo el mismo. Por ello, cree que es muy importante ir más allá del conocimiento y lograr que la mayor cantidad de personas participe en el aprovechamiento apasionado y responsable de estos lugares. El peor enemigo es que sientan que no les pertenece.
“Pero si encontramos la manera de que ellos usen esos lugares, vivan esos lugares, sean felices y puedan apropiarse o reapropiarse de ellos, probablemente parte de la batalla ya la tendremos recorrida y ganada”.
Aunque Hayakawa Casas afirma que esto es una misión de todos (visitar, involucrarse), el Ministerio de Cultura, sus direcciones desconcentradas y los gobiernos locales tendrán siempre una mejor capacidad de fomentar la protección. Igualmente, el sector privado.
Además, asegura que, si bien es cierto que a los escolares, debido a que recién están comenzando a vivir, les es más fácil aprender a querer lo suyo, los adultos también son seres humanos que sienten y que pueden seguir aprendiendo y reaprendiendo.
“Los adultos también tenemos nuestro ‘corazoncito’. Es como pensar que un adulto mayor no pueda enamorarse o sentir. Mientras estemos en este mundo, tendremos siempre la expectativa de hacer cosas que nos hagan sentir vivos. Por eso debemos realizar una estrategia múltiple: escolares, adultos mayores, familias, divorciados, sindicalistas, deportistas… con todos. En la medida en que tengamos una actitud más inclusiva, ya no seremos unos pocos, sino un ejército mucho, mucho más grande”, finalizó.
