El 50 % redes de agua y desagüe de Arequipa están al borde del colapso Bajo las calles del centro histórico y los distritos tradicionales de la ciudad, una red envejecida de tuberías amenaza con convertirse en un problema sanitario y de infraestructura, especialmente ahora que iniciará la temporada de lluvias.

Según la Empresa Prestadora de Servicios de Saneamiento (Sedapar), alrededor del 50 % de los 150 kilómetros de redes de agua y desagüe que administra en Arequipa requieren renovación inmediata debido a su antigüedad. En distritos como el Cercado, Yanahuara, Miraflores y Mariano Melgar, algunas conexiones superan los 60 años de uso, lo que las hace vulnerables a roturas, fugas y colapsos.

“Aproximadamente la mitad de las tuberías necesitan ser renovadas, incluso aplicando nuevos métodos constructivos. Esta no es una realidad exclusiva de Sedapar: en todo el país las tarifas no han permitido incrementar la cobertura ni garantizar el mantenimiento operativo de las redes. Ahora se impulsa un proceso de sinceramiento tarifario a nivel nacional”, explicó Carlos Monje Vera, gerente de Servicios al Cliente de la empresa.

El diagnóstico es alarmante, pero las soluciones estructurales todavía parecen lejanas. Sedapar ha incorporado la renovación de redes como una prioridad dentro de su Plan Maestro Optimizado (PMO), cuyo inicio está previsto para 2027. Este documento técnico establecerá la hoja de ruta para la modernización del sistema hídrico urbano y demandará una inversión aproximada de S/ 120 millones, que incluye la renovación de redes, la ampliación de reservorios y el aumento del diámetro de las tuberías para atender el crecimiento poblacional.

Una de las principales innovaciones que Sedapar busca aplicar en el próximo PMO es un método constructivo menos invasivo, comparado por Monje con una “intervención laparoscópica”. El procedimiento consiste en reemplazar tuberías deterioradas desde el subsuelo, destruyendo la infraestructura antigua sin necesidad de abrir toda la vía. Este sistema reduciría significativamente el impacto urbano, los desvíos vehiculares y las molestias que las obras generan entre los vecinos.

“Cada vez que Sedapar inicia una intervención en vía pública es innegable que se generan molestias, pero debemos buscar soluciones más innovadoras que aceleren la renovación y minimicen el daño sobre el tránsito y la vida urbana”, afirmó el funcionario.

El plan contempla además sustituir las viejas tuberías de PVC por materiales de polietileno de alta densidad (HDPE), que ofrecen mayor resistencia y durabilidad frente al paso del tiempo, las presiones internas y los movimientos del suelo.

FALTA DE COORDINACIÓN CON MUNICIPIOS

Uno de los mayores problemas que enfrenta Sedapar para ejecutar proyectos de renovación es la falta de coordinación con las municipalidades distritales y la comuna provincial. Monje denunció que, con frecuencia, los municipios intervienen vías sin notificar a la empresa de saneamiento, lo que impide reemplazar las redes antes de que se coloquen nuevos asfaltos.

“Cuando una municipalidad asfalta una vía sin coordinar con nosotros, quedan tuberías antiguas bajo una superficie nueva. Eso representa una restricción para intervenir después y un riesgo para el sistema ”, señaló.

El problema no es menor: varias zonas del Cercado y Miraflores presentan filtraciones por rupturas en tuberías antiguas que fueron cubiertas sin mantenimiento previo. La falta de comunicación entre niveles de gobierno genera duplicidad de esfuerzos, sobrecostos y retrasos, afectando la eficiencia del gasto público.

Sedapar se prepara para crecer

El crecimiento urbano de Arequipa representa otro desafío. En diciembre, tras la culminación de un proyecto ejecutado por el Programa Nacional de Saneamiento Urbano (PNSU), alrededor de 15 mil nuevos usuarios del Cono Norte pasarán a la administración de Sedapar. Actualmente, la empresa incorpora entre 3 500 y 4 000 nuevos usuarios por año, lo que exige una infraestructura más amplia y moderna.

“Cada día observamos un crecimiento vertical en la ciudad. Necesitamos ampliar la capacidad de las redes, los reservorios y las plantas de tratamiento”, añadió Monje.

Sin embargo, la EPS enfrenta limitaciones internas: cuenta con 730 trabajadores, la misma cifra que hace 15 años, pese al incremento sostenido de usuarios. Por ello, el nuevo Cuadro de Asignación de Personal (CAP) proyecta sumar 80 empleados más, principalmente para brigadas de reparación, lectores y personal técnico de campo. “Tenemos la aprobación técnica, pero falta la aprobación presupuestal del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF)”, puntualizó.

OBSERVACIONES Y SANCIONES DE SUNASS

A la compleja situación operativa se suman las observaciones realizadas por la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass). Durante 2025, la entidad presentó nueve medidas correctivas a Sedapar, de las cuales seis ya fueron implementadas y tres siguen pendientes. Estas últimas están relacionadas con la falta de programación para la limpieza y desinfección de reservorios, motivo por el cual se iniciaron Procesos Administrativos Sancionadores (PAS) que podrían concluir con multas económicas.

Además, la Sunass informó que en 2024 la empresa fue sancionada con más de S/ 90 mil —equivalentes a 17 Unidades Impositivas Tributarias (UIT)— por interrupciones del servicio hídrico sin previo aviso a los usuarios. Actualmente, 11 nuevos procesos permanecen en evaluación.

A pesar de ello, Sedapar afirma que ha fortalecido sus procedimientos de monitoreo y comunicación para evitar nuevas infracciones. Entre enero y octubre de 2025, la Sunass realizó 24 actividades de fiscalización en la región.

El panorama evidencia un sistema hídrico en tensión, sostenido por redes antiguas y con crecientes demandas que vienen de gestiones anteriores.

Asimismo, voceros de Sedapar insisten en que la solución no pasa solo por más presupuesto, sino por una mejor planificación y coordinación interinstitucional, además de innovar en tecnología y gestion, lo cual viene impulsando la gestion actual.