Mandatario Jerí no teme el recibimiento que pueda tener en Puno.

El presidente José Jerí inició una gira por el interior del Perú. Hasta ahora, las regiones que ha visitado lo han recibido de manera amable e incluso eufórica. Durante su estadía en Huánuco, estudiantes de un colegio le pidieron que autografiara sus camisetas, cuadernos y hasta sus brazos. Sin embargo, al igual que su predecesora y como ha ocurrido con varias autoridades del Ejecutivo, tiene una visita pendiente a Puno.

El mandatario adelantó que su viaje a la región altiplánica ya está programado y que no teme el recibimiento que podría tener allí. Incluso si ocurre algo similar a lo vivido por el candidato presidencial Phillip Butters, quien fue expulsado a “huevazos” y tuvo que salir escoltado por la PNP en una patrulla.

“Estoy dispuesto a recibir lo que tenga que recibir, porque me interesa la reconciliación. Si ellos consideran que insultándome o expresándose de la manera que consideran es la forma como pueden aceptar a un presidente, tendré que aceptar”, declaró.

Aunque la respuesta de Jerí suena conciliadora, su intención de viajar a Puno generó un rechazo inmediato entre dirigentes y familiares de las víctimas de las protestas contra el gobierno de Dina Boluarte, ocurridas en diciembre de 2022 y enero de 2023.

Puno fue una de las regiones donde la represión policial dejó más fallecidos. En Juliaca, cerca del aeropuerto, ocurrió una de las jornadas más violentas: más de 16 personas murieron durante el enfrentamiento con la PNP y las FF. AA.

“La llegada del señor Jerí es una provocación, no solamente a la región de Puno, sino también a los familiares, tanto a los huérfanos, a las viudas, a los padres que lloran por sus hijos y a los hermanos, como a los sobrevivientes que están postrados en la cama con la bala en el cuerpo”, comentó.