Dos periodistas crean nuevo “diario”, el último de papel
Aparecerá cada dos meses en el año y se entregará gratuitamente.
Por Carlos Meneses Cornejo
LOS AREQUIPEÑOS QUE YO CONOCÍ
Con el propósito de rescatar historias que transmiten experiencias de grandes escritores, los periodistas Jorge Turpo Rivas y Juan Carlos Soto han creado para la editorial PlumaDganso, un singular órgano de prensa que aparecerá con dos características: se imprimirá cada dos meses o seis veces en el año y se distribuirá gratuitamente a quienes quieran leerlo. Turpo y Soto tienen en común ser docentes de la carrera de Comunicación Social, en la Universidad Católica de Santa María (UCSM) y haber iniciado su carrera en el diario Arequipa al Día el que tuve el honor de dirigir durante 15 años.


Los editores de PlumaDGanso Juan Carlos Soto y Jorge Turpo Rivas.
El primer número tuvo coincidencia con el Hay Festival y con el homenaje que se tributó a Mario Vargas Llosa, en sus páginas se leen anécdotas y se detalla el ofrecimiento de Vargas Llosa para retornar a leer en una banca del segundo patio y un jardín, un texto, advirtiendo que cuando las puertas de la casona signada con el número 213 de lo que fue la calle Santa Teresa, hoy Melgar, no se escuchaba ruido alguno que proviniera del tránsito secular con la sola excepción del toque de campanas de la iglesia de Santa Teresa en donde el nobel había estado previamente.
Los dos periodistas resaltaron en las páginas de la original publicación que tanto Vargas Llosa como Carlos Meneses habían nacido el 28 de marzo de 1936 con una diferencia de 10 horas, en un día en el que también nacieron 8 arequipeños varones.
El siguiente número de este singular esfuerzo estará dedicado al empresario arequipeño y líder de la industria láctea continental, Jorge Rodríguez Rodríguez.
Jorge Turpo Rivas es casado y padre de una hija llamada Almendra y Juan Carlos Soto y su esposa Helga tienen un hijo varón llamado Ariel.
Hoy en día, Turpo Rivas es redactor del diario El Pueblo y Soto se desempeña como director de Relaciones Públicas de la Municipalidad Provincial de Arequipa y fue también funcionario periodístico del diario La República que se editaba en Arequipa.
El empeño de ambos fue recuperar el uso del diario escrito en tiempos de inteligencia artificial.
No ocultan la feliz coincidencia entre la amistad de Vargas Llosa y yo, de haber tenido comadrona que llegó a Arequipa como propagandista adventista, a quien la Municipalidad Provincial de Arequipa le dio honores otorgándole medalla de Oro de la Ciudad por la atención gratuita en favor de madres sin recursos económicos.
Que los dos hermanos de tiempo como ambos se llamaban tuvieran oportunidad de reunirse en la tumba de miss Pitcher en el Cementerio de la Apacheta en una sección que la colonia judía habilitó en favor de ella, en el área de los no católicos y suicidas antiguamente llamados laicos, lugar al que se ingresa por la parte posterior del camposanto.
El texto del primer número fue financiado con el concurso económico de siete anunciantes locales, que incluyen a la Universidad Católica de Santa María por la recuperación de dos joyas arquitectónicas como la casa Gibson en la calle La Merced y el Tambo de la Cabezona en el puente Bolognesi. Otro de los anunciantes es el FBC Melgar que bajo el título de Entonemos ha publicado la historia del equipo de fútbol arequipeño, la academia Briceño, SEDAPAR y el propio Hay Festival de Arequipa completan la lista de anunciantes.

Pleno en anécdotas la mayoría de ellas desconocidas por la ciudadanía, se cita a Giuliana Cruz Carrasco y a PlumaDganso como editores a Jorge Turpo Rivas y a Juan Carlos Soto.
Ellos recuerdan que PlumaDganso nació en Arequipa, ciudad a la que llaman de sillar, del Chili y del carácter, fue originalmente un semanario dedicado a escuchar lo que se dice bajito, mirar donde nadie mira, a contar personas no solo personajes, se publicó contando crónicas e historias que acarician, no buscando complacer sino conmover.
Se imprimirá en papel, sí en papel, que huela, que se arrugue y que se guarde para leer con un café a lado al que se deje reposar; sus editores dicen que no renunciarán al empeño de volver a la tinta al tacto, al detalle, a la historia que merece ser contada.
Nos sumamos al deseo común de una reproducción de la edición 01 que está totalmente agotada. En ella se distingue el gesto de Mario que regaló más de cincuenta mil libros de su biblioteca personal a su ciudad natal y a Carlos Meneses periodista incansable que a sus 89 años de los cuales pasó setenta defendiendo libertades y valores y compartiendo lágrimas en la plaza mayor con mujer ataviada con traje típico que lo llamó hermano, besándole en el rostro y definiendo que juntos, los arequipeños, habían ganado las justas en las que se embarcaron para defender descentralismo y libertades.
