Pacientes con cáncer se quedan sin radioterapia en HNCASE de EsSalud

Por Jorge Turpo R.

El acelerador lineal está inoperativo y no se puede atender a centenares de pacientes que llegan de ciudades de todo el sur del país.

SE MALOGRÓ DESDE EL 10 DE DICIEMBRE

En la lucha contra el cáncer, cada minuto cuenta. No es una frase hecha ni un recurso dramático, es una realidad clínica. Por eso, la paralización del servicio de radioterapia en el Hospital Nacional Carlos Alberto Seguín Escobedo (HNCASE) de EsSalud, el principal centro de referencia del sur del país, ha encendido la alarma entre cientos de pacientes oncológicos que hoy ven interrumpidos tratamientos vitales sin una fecha clara de solución.

Desde hace una semana, el acelerador lineal del hospital, equipo clave para la aplicación de radioterapia, se encuentra fuera de funcionamiento por desperfectos técnicos.

El daño, registrado desde el 10 de diciembre, ha dejado en pausa tratamientos que no admiten pausas.

Para quienes enfrentan un tumor, suspender la radioterapia no es un contratiempo administrativo, es una amenaza directa a sus posibilidades de recuperación.

Son decenas de pacientes los que, día a día, llegan al HNCASE con la esperanza de recibir alguna información. La mayoría se va con las manos vacías.

Alfredo Gallardo es uno de ellos. Cuenta que el problema no lo deja dormir. La semana pasada terminó su cuarta quimioterapia y debía iniciar la quinta de manera conjunta con la radioterapia, un esquema diseñado para atacar el tumor de forma integral. Pero no ha sido posible.

“Estamos desesperados, así es como estamos”, resume, con una mezcla de cansancio y angustia.

Gallardo no es un caso aislado. La interrupción del servicio ha afectado a pacientes que ya arrastraban retrasos en sus tratamientos. Durante las últimas semanas, el área de radioterapia fue una de las congestionadas por la alta demanda de pacientes de todo el sur.

El desperfecto del acelerador lineal terminó por colapsar un servicio que ya operaba al límite.

Lo más grave es el silencio institucional. La gerenta de la Red Asistencial de EsSalud Arequipa, Guadalupe Mamani, no ha dado declaraciones públicas sobre el problema. Se niega a brindar entrevistas y tampoco ha establecido un canal de comunicación claro con los pacientes.

Nadie les informa cuándo se reparará el equipo, si habrá derivaciones a otros centros o qué alternativas existen mientras tanto. En oncología, la incertidumbre también enferma.

El perjuicio acumulado es enorme. Algunos pacientes llevan hasta tres meses esperando que se les programe una sesión de radioterapia debido a la saturación del servicio.

Otros han llegado desde provincias como Islay, e incluso desde regiones del sur del país, porque el HNCASE es el principal referente oncológico de EsSalud fuera de Lima.

Muchos de ellos no pueden costear una estadía prolongada en Arequipa ni trasladarse a una clínica privada, donde cada sesión puede costar miles de soles.

La radioterapia no es un tratamiento accesorio. Es una de las principales armas contra el cáncer. Funciona como complemento de la quimioterapia y, en muchos casos, es decisiva para destruir completamente las células malignas.

Los especialistas son claros: un paciente que recibe quimioterapia o es sometido a cirugía, pero no completa el esquema con radioterapia cuando está indicado, corre un alto riesgo de recaída, incluso con tumores más agresivos.

Dependiendo del tipo y estadio del cáncer, la radioterapia puede aplicarse antes, después o de manera simultánea a la quimioterapia. También varía el número de sesiones. Algunos pacientes requieren al menos 12, mientras que otros deben someterse hasta a 30 sesiones consecutivas. Cada una dura entre 15 y 20 minutos. Interrumpir ese proceso altera todo el esquema terapéutico y reduce su efectividad.

El acelerador lineal del HNCASE es una pieza clave en este tratamiento. A diferencia de la bomba de cobalto, una tecnología más antigua, el acelerador lineal permite una mayor precisión.

Los pacientes oncológicos afectados por la incapacidad de quienes dirigen EsSalud en Arequipa.

Utiliza energía eléctrica para generar rayos X que se ajustan a la forma exacta del tumor, atacando las células cancerígenas y reduciendo el daño a los tejidos sanos. Esa exactitud disminuye la toxicidad y mejora la calidad de vida del paciente.

Sin embargo, la sobredemanda del servicio terminó pasando factura. El equipo operaba al máximo de su capacidad y hoy está inoperativo. La pregunta que queda en el aire es inevitable: ¿por qué no se previó un plan de contingencia?, ¿por qué un hospital de esta magnitud no cuenta con un equipo de respaldo o convenios efectivos para derivaciones urgentes?

Mientras las autoridades guardan silencio, los pacientes cuentan los días, las horas y los minutos. En el cáncer, el tiempo no se recupera. Cada jornada sin radioterapia es una oportunidad perdida en una carrera desigual contra la enfermedad. Y esa es una responsabilidad que EsSalud no puede seguir eludiendo.

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