Elecciones generales: desafío de reconstruir la confianza

Por Laura Flores.

A menos de un año de las elecciones generales, el Perú enfrenta un escenario político marcado por la desconfianza, el desencanto y la fragmentación. La sucesión de crisis institucionales y la falta de liderazgos sólidos han dejado al ciudadano sin referentes claros, y han debilitado los cimientos de la democracia. Cada proceso electoral debería ser una oportunidad para renovar la esperanza; sin embargo, el ambiente actual parece dominado por el escepticismo.

El principal desafío de estas elecciones no será solo elegir a un nuevo presidente o a un Congreso más responsable, sino reconstruir la confianza entre el Estado y la sociedad. La desafección política es tan profunda que la mayoría vota más por descarte que por convicción. Y mientras tanto, los partidos, muchos de ellos sin estructura ni ideario, reaparecen cada cinco años como vehículos circunstanciales del poder. La política, reducida a una competencia de intereses y no de ideas, ha perdido su razón de ser: servir al país.

El ciudadano peruano, y particularmente el arequipeño, espera algo más que promesas o discursos efectistas. Exige coherencia, transparencia y resultados. Las necesidades son concretas: empleo digno, seguridad, salud, educación y justicia. Pero para atenderlas se requiere visión de Estado, y no cálculos cortoplacistas. Las próximas elecciones serán una prueba para todos: para los políticos, de responsabilidad; para los votantes, de madurez; y para las instituciones, de fortaleza.

En medio del desencanto, aún hay espacio para la esperanza. La historia reciente demuestra que el Perú sabe levantarse en los momentos más difíciles. Si los nuevos liderazgos logran reconectar con la ciudadanía desde la honestidad y el compromiso, la democracia podrá recomponerse. De lo contrario, el vacío será llenado por el populismo, el autoritarismo o la apatía.

El voto, más que un derecho, es una herramienta de transformación. Que las elecciones de 2026 no sean una repetición de errores, sino el inicio de una nueva etapa para el país. La responsabilidad está en nuestras manos.

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