Culminación del puente Arequipa – La Joya está sobrevalorado en cerca de S/ 1 millón
Por Jorge Turpo R.
La contraloría detectó que en el expediente técnico de saldo de obra se consignaron partidas que ya están ejecutadas.
OBRA INTERMINABLE DEL GRA
La historia del puente de la autopista Arequipa–La Joya parece escrita para no terminar nunca. Concebido como una de las infraestructuras viales más importantes para descongestionar el ingreso y salida de la ciudad, el viaducto se ha convertido en un símbolo de sobrecostos, paralizaciones y decisiones administrativas cuestionadas.
Hoy, cuando el Gobierno Regional de Arequipa intenta culminarlo por administración directa, la Contraloría General de la República advierte que el expediente de saldo de obra estaría sobredimensionado en cerca de S/ 1 millón.
El proyecto, oficialmente denominado Construcción de la vía regional Arequipa–La Joya, componente 1: Puente y accesos, demandó hasta el momento más de S/ 130 millones de inversión pública.
La empresa constructora a cargo logró avanzar aproximadamente el 93% de la obra, pero la abandonó antes de su culminación.
Desde entonces, el puente, con una luz de 371 metros y accesos asfaltados, permanece inconcluso, pese a su importancia estratégica para el transporte de carga y pasajeros entre Arequipa y la costa sur.
Ante el abandono, la gestión del gobernador regional, Rohel Sánchez, optó por una salida que buscaba destrabar el proyecto: ejecutar el saldo de obra por administración directa.
Para ello, la Gerencia Regional de Infraestructura aprobó en noviembre de 2025 un expediente técnico valorizado en S/ 6 millones para culminar lo pendiente.
Sin embargo, una revisión del Órgano de Control detectó una serie de observaciones que ponen en duda la real necesidad de ese presupuesto.
El informe señala que el expediente incluye partidas ya ejecutadas y valorizadas anteriormente.
El caso más evidente es el del “carenado metálico”, por más de S/ 103 mil, trabajo que, según la Contraloría, fue culminado al 100% y no debería figurar como pendiente. Fotografías de inspecciones físicas y valorizaciones previas confirman que la pintura y protección de las estructuras metálicas del puente ya fueron ejecutadas.
A ello se suman partidas sin sustento técnico claro.
El informe advierte que la limpieza de taludes por derrame de materiales en los accesos, valorizada en casi S/ 150 mil, no cuenta con planos ni metrados que permitan verificar dónde y cómo se realizarán esos trabajos.
En términos prácticos, se trata de un gasto propuesto sin información suficiente para fiscalizar su ejecución, una situación que abre la puerta a un uso ineficiente de recursos públicos.
Uno de los puntos más sensibles es el cálculo del transporte de materiales. El expediente considera distancias de hasta 52 kilómetros para trasladar roca desde la cantera hasta la obra.
La Contraloría, usando rutas alternas verificables, determinó que la distancia real no supera los 15,5 kilómetros.
Esa diferencia habría generado un sobrecosto de más de S/ 268 mil solo en transporte de materiales, al inflar los metrados por kilómetro recorrido.
También se detectaron metrados en exceso en el pavimento asfáltico del tablero del puente. El expediente no descuenta el área ocupada por los muros tipo New Jersey, que no llevan asfalto porque se ejecutan sobre concreto.
Al incluir esas áreas como si fueran parte de la calzada, se incrementa artificialmente el volumen de riego de liga, concreto asfáltico, cemento y filler, generando un gasto adicional injustificado.

SOBRECOSTO
Sumadas todas estas observaciones, partidas ya culminadas, metrados inflados, distancias sobredimensionadas y trabajos sin sustento técnico, la Contraloría estima que el expediente de saldo de obra estaría sobrevalorado en aproximadamente S/ 861 mil, monto que incluye gastos generales, utilidades e IGV.
En términos políticos y administrativos, el informe es una advertencia directa a la gestión regional. Continuar sin corregir estos puntos podría traducirse en un nuevo perjuicio económico al Estado.
El documento no ordena paralizar la culminación del puente, pero sí recomienda al gobernador regional adoptar acciones correctivas inmediatas y comunicar a la Contraloría las medidas tomadas.
El riesgo, según el órgano de control, es que el proceso de selección o la ejecución por administración directa se base en un presupuesto que no refleja el valor real de lo que falta construir.
Mientras tanto, el puente Arequipa–La Joya sigue siendo una promesa inconclusa. Para los transportistas y ciudadanos, representa tiempo perdido y congestión. Para el Estado, es una obra que ya costó más de S/ 130 millones y que ahora enfrenta el desafío de terminarse sin repetir la historia de sobrecostos y mala planificación.
La pregunta que queda en el aire es si esta vez la obra se cerrará con eficiencia o si el puente seguirá siendo, por algunos años más, el monumento regional a lo inconcluso.
