Por: Carlos Meneses

El pronunciamiento de la Corte Suprema sobre la JNJ será útil para devolver tranquilidad a la política peruana.

El esperado pronunciamiento de la Sala de Vocales Supremos sobre el tema de la Junta Nacional de Justicia (JNJ) es un asunto que debe devolver tranquilidad a la política nacional y sobre todo al empeño desorbitado del Congreso en decidir sobre los destinos del colegiado de la JNJ.

Esa decisión es aguardada por todos como una solución final a un problema que está dañando interés nacional e institucional de la República, debe, también, ser aprovechado por las tiendas políticas y las bancadas congresales para conseguir que terminen actos de prepotencia que se han observado en últimas decisiones del Legislativo vinculados a la economía nacional y a la estabilidad de la misma.

Hay que dar oportunidad a que la presidenta de la República llegue a un acuerdo pleno con sus ministros para asegurar que no habrá más daños a la situación económica y que se defenderá la estabilidad en todos los sectores, en especial a lo que se refiere a la inversión y al empleo.

Podemos tener la seguridad de que en el Parlamento conocen que para asegurar fortuna en la lucha por la defensa de la estabilidad y de la atracción de inversionistas nacionales y extranjeros solo será posible con un régimen respetuoso de la Constitución y de los trámites legales que para ello sean necesarios, antes que buscar motivos adicionales de conflicto que desestabilizan a quienes quieren generar empleo para 150 mil peruanos que no lo tienen.      

También es necesario que se defienda el sistema previsional para que nadie deje de tener una reserva económica en su vejez, además de una pensión adecuada y no disminuida como en las AFP, a la que se ha sumado el retiro de la CTS.