LOS INCAS: MAGNÍFICOS GOBERNANTES
Por: Edgard Norberto “Beto” Lajo Paredes
La Civilización del Tahuantinsuyu, y la gestión del Estado Inca, mediante sus magníficos gobernantes, fue ejemplar:
Manco Cápac, “mandó construir más de 100 pueblos, los mayores de 100 casas, y otros de menos según la capacidad de los sitios” (Los Comentarios Reales de los Incas, del Inca Garcilaso de la Vega, Colección pluma de oro, Almen Editores, p.22). Tuvieron un adecuado desarrollo territorial y urbano.
Sinchi Roca, continuó el avance en otras comarcas “persuadiéndoles con buenas palabras y con el ejemplo para que se sometiesen al vasallaje y señorío del Inca y a la adoración del Sol” (p. 38). No primó la codicia ni se priorizó la violencia.
Lloque Yupanqui, tuvo dificultades en sus conquistas, siendo malinterpretada su estrategia, aquí un pasaje: “Pero los de Ayaviri, tomando ánimo por la benignidad del inca, atribuyéndola a cobardía, se mostraba cada día más rudos y tercos para reducirse, acrecentaron su ferocidad y llegaban hasta entrar por los reales del Inca” (p. 42), “los Incas no quisieron degollarlos que bien lo merecían; al contrario, cerraron más el cerco hasta que se rindiesen de por sí. Mientras tanto llegó la gente de refuerzo que había solicitado el Inca, con la cual acabaron de desmayar a los enemigos que terminaron rindiéndose sin condiciones” (43), “recibió a los curacas con mucha atención y aplauso, les concedió mercedes de ropa de vestir de su propia persona y otras dádivas, que estimaron mucho” (p. 44). Como es de verse, no obstante, la actitud belicosa de Ayaviri, mantuvieron su política de conquista con persuasión y buen ejemplo. Otra característica en el gobierno de los incas, era: “le pareció conveniente visitar todo su reino, pues esto producía mucho contento en los indios al ver al Inca en sus tierras” (p. 46), “mostrándose en todo padres piadosos, ante que capitanes belicoso”. Para qué conquistaban poblaciones, porque: “Vivían a semejanza de bestias, gobernaban los que más podían con tiranía y soberbia”, “Ordenó la construcción de nuevas acequias y edificios para el provecho de los indios, como depósitos, puentes y caminos, para que las provincias se comunicase (sic) entre sí” (p. 49). Llevaban nuevas formas de convivencia y ejecutaban obras necesarias para el desarrollo.
Mayta Cápac, siendo príncipe, recorrió, los pueblos, con su padre, luego, accedió al cetro inca, por lo que: “Al verse libre de ayos y tutores, quiso volver a visitar a su vasallos, porque, como ya hemos dicho esto era una de las cosas que hacían los príncipes que más favorecían a los súbditos; por esto y por mostrar su espíritu liberal y magnífico, manso y amoroso, hizo la visita con grandes mercedes de mucha estima a los curacas y al resto de gente común” (p. 51). Encontró un obstáculo geográfico, “para poder pasar tenía que cruzar el gran río Apurímac: entonces ordenó la construcción de un puente para que pasar su ejército”, “este fue el primero que se hizo en el Perú por orden de los Incas” (p. 61), “En tiempo de los Incas se renovaban los puentes cada año” (p. 63). Este hecho nos demuestra que, nuestros Incas, gobernaron sin copiar a nadie, resolvieron problemas con creatividad y dominando la naturaleza.
Cápac Yupanqui, también “salió a visitar toda su tierra, y la anduvo minuciosamente, inquiriendo cómo vivían sus gobernadores y los demás ministros reales” (p. 65). Hizo una labor de supervisión, a fin, sus funcionarios ejerzan sus funciones a cabalidad.
Inca Roca, encontró: “En ambas provincias, sacrificaban niños a sus dioses en las fiestas principales. Conocido esto por el Inca les dio una plática al respecto, persuadiéndolos a que adorasen al Sol y abandonasen esa crueldad entre ellos mismos, y para que no lo empleasen más le impuso una ley, pronunciándolas por su propia boca, para que fuese más respetada, y les dijo que por un niño que sacrificasen los pasaría a todos a cuchillo, y poblaría sus tierras con otros que amasen a sus hijos y no los matasen” (p. 71); acaso, el Tahuantinsuyu, es la primera civilización en proteger a los niños. Al posesionarse de territorios, tuvieron en consideración, lo siguiente: “las tierras que tomaban no eran las que los indios necesitaban, sino que les sobraban y que no podían labrar”; mucha diferencia con las conquistas de rapiña. Otra tarea que asumió el Estado Inca, fue: “Fundó escuelas donde los amautas enseñasen, las ciencias que dominaban” (p. 78). La educación es fundamental para preservar el desarrollo de los pueblos y la calidad de vida de las personas.
Yahuar Huaca, “visitó sus reinos una, dos y tres veces. Procuraba adornarlos con edificios públicos; regalaba a los vasallos en común” (p. 79). Se nota continuidad progresiva, en los primeros siete Incas.