Por: Carlos Meneses

Las instituciones representativas de Arequipa deben unirse para vigilar que el gobierno haga efectivamente Majes II.

No debe suponerse que será fácil la tarea asumida por el Estado para concretar el sueño de Majes II y no serán pocos los contratiempos en hacer realidad el sueño de irrigar 38 mil hectáreas en las Pampas de Siguas. Los trámites previos a la concertación de acuerdo con el gobierno central han sido difíciles y lo serán ahora también porque hay asuntos en arbitrajes ante la Cámara de Comercio de Lima y que podrían derivarse a Nueva York entre la empresa Cobra, ejecutora de la obra irrigacional e hidroeléctrica y la habilitación de los terrenos desérticos. Por eso será necesario que Arequipa entera se preocupe de vigilar el esfuerzo que el gobierno de Dina Boluarte ha iniciado.

Sabemos que dificultades habrá y Arequipa tendrá la obligación de mantener los ojos bien abiertos para que no se pierda un nuevo esfuerzo en conseguir el objetivo deseado. No tenía la región Arequipa ninguna alternativa de solución sino era con el concurso del Estado, igual ha ocurrido en el norte del país donde el tratamiento se está realizando de gobierno a gobierno.

La proximidad de un proceso electoral complica las cosas en el trámite que ya inició el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, pero la reiteración del compromiso y la solicitud del propio gobierno motivó a una decisión que se tomó por estrecho margen en el último consejo regional que vio el tema.

Tenemos que aferrarnos a la alternativa que nos ofrece la intervención del gobierno y designar una comisión de apoyo que comprenda a instituciones representativas arequipeñas que también tienen fe en crear empleo para no menos de 150 mil sureños que vivirán de Majes II.