Por: Dra. Dayana Barriga

REFLEXIONES

Imagina un superpoder al alcance de todos, uno que no solo nos haga sentir bien, sino que también nos proteja de enemigos invisibles, como enfermedades cardiovasculares, renales, hepáticas, diabetes, cáncer, depresión, ansiedad, anemia y desnutrición. Ese superpoder existe y se encuentra en algo tan cotidiano como nuestra alimentación.

La ciencia ha demostrado repetidamente que lo que ponemos en nuestro plato puede ser nuestra primera línea de defensa para prevenir y reducir el riesgo de enfermedades; sin embargo, en nuestro país, la situación es todo lo contrario. El 61.3% de los peruanos sufren de exceso de peso, el 38.7% tiene al menos una comorbilidad: obesidad, diabetes o hipertensión y solo el 9.5% consume las porciones recomendadas de fruta y verduras diarias, según el Informe de Enfermedades Transmisibles y No Transmisibles 2023 del INEI.

Nuestros comportamientos diarios pueden determinar nuestra salud y bienestar. Es como armar un rompecabezas donde cada pieza es esencial. ¿Cuáles son estas piezas clave? Primero, la higiene personal (incluida la bucal); luego, una calidad de sueño óptima para enfrentar cada día. También, la actividad física no solo para mantenernos en forma, sino también para sentirnos activos y felices. No fumar y evitar bebidas alcohólicas en exceso. Finalmente, la joya de la corona: una alimentación saludable de la cual puede depender hasta en un 70% nuestro bienestar.

No obstante, debemos resaltar que a medida que esta conciencia crece, más personas están preocupadas por su salud y por adoptar formas de vida saludables, especialmente una alimentación equilibrada. Sin embargo, no saben cómo hacerlo o buscan información en redes sociales o buscadores de internet, y no siempre es información de calidad, dejándolas con más preguntas que respuestas.

Aquí es donde entra en escena el nutricionista, el verdadero guía en este viaje, ya que es el profesional de la salud formado para ayudar a las personas. No solo diseña planes alimenticios personalizados, sino que también ayuda a adoptar un estilo de vida saludable que les permita prevenir enfermedades y desarrollar su máximo potencial. Con su asesoría es posible tener una vida activa y feliz, basada en una alimentación adecuada y equilibrada.

El mercado peruano requiere más profesionales de la nutrición que puedan desenvolverse en diversos ámbitos de la sociedad, no solo en clínicas y hospitales, sino también en centros laborales, gobiernos regionales, residencias de la tercera edad, medios de comunicación, y sobre todo en centros educativos. Por ejemplo, un especialista en esta área puede percibir ingresos promedio de 3,376 soles mensuales, y su rango económico puede variar hasta 5,919 soles de acuerdo con el Ministerio de Trabajo.

Atrás quedaron los días en los que se pensaba que los nutricionistas se limitaban a crear listas de alimentos. Hoy entienden la importancia de un estilo de vida integral. Son los arquitectos de una vida equilibrada y de calidad, desarrollando el potencial de un peruano productivo que saca adelante un país.