La oferta electoral

Por: Pedro Rodríguez Chirinos. – Asociación Rerum novarum.

Tenemos una oferta electoral, dada por los partidos, voluntades expresadas en nuestro caso por una ley, que los define como: “… Los partidos políticos son asociaciones de ciudadanos que constituyen personas jurídicas de derecho privado cuyo objeto es participar por medios lícitos, democráticamente, en los asuntos públicos del país dentro del marco de la Constitución Política del Estado y de la presente ley.” (Ley 28094, 2003)

Esta ley fue un gran avance, es pasar de la informalidad de ser “partidos” a la formalidad, pero vemos que no basta hoy en día.

En la demanda tenemos la necesidad de tener una sociedad que debe ser ordenada y prospera, para ello necesitamos gobernantes, que tengan el poder dado por la democracia y claro está una autoridad legítima. Que defiendan, dentro de lo que dicta la ley, de forma suficiente, las acciones y el deseo de ser cada vez mejores para el provecho del país.

Pero no basta si solo lo centramos en una economía de bienestar, la cual tiene como objetivo global extender a todos los sectores sociales los servicios y medios fundamentales para una vida digna.

La realidad es que ese bienestar económico, dada una vida democrática de años en años, hasta el momento no es así, por distintos motivos que al describirlos en esta nota; nos faltaría espacio y tiempo. Pero, no por ello dar un esbozo o semblanza. No tenemos orden en nuestra sociedad, porque no se basa en la verdad y no se edifica con la justicia, la cual falla. Ello genera un estado de anomia, que es un conjunto de situaciones que derivan de la carencia de normas sociales o de su degradación. Lo vemos, por ejemplo, los conductores ven el semáforo en rojo y pasan, o ese político que postula a pesar de ser un delincuente oculto o declarado, etc.

Pero nuestra aspiración según las constituciones del 79 y del 93 que afirman a la persona a la cual se debe como fundamento, está asociada la persona al bien común. Pero ¿qué es el bien común?

El bien común está definido por “el conjunto de aquellas condiciones de la vida social que permiten a los grupos y a cada uno de sus miembros conseguir más plena y fácilmente su propia perfección” (GS). El bien común afecta a la vida de todos. Exige la prudencia por parte de cada uno, y más aún por la de aquellos que ejercen la autoridad. Comporta tres elementos esenciales:”, los cuales son, la persona humana, el respeto a ella. El bienestar social y el desarrollo, y por último la paz que es fruto de la justicia.

Para concluir, tenemos actualmente una oferta electoral pobre, no porque sea la política mala, es por los elementos que actualmente se tienen, hay excepciones, las hay. Y en la demanda estamos todos, pero hay algo que debe pasar. Lo primero, debemos participar, pero con responsabilidad.

Lo segundo es como todo bien o servicio que compramos, debe tener calidad, sino lo devolvemos. En esta compra de gobernantes con una moneda carísima, el voto, exijamos la calidad del servicio o es que tenemos que esperar otros cinco años para ¿comprar lo mismo?, servicios de mala calidad, que cambian de etiquetas y de publicidad, pero siguen siendo los mismos. Tenemos que mejorar la fábrica y para ello se necesita educación de calidad y una justicia que no tarde, porque una justicia que tarda no es justicia.

El poder que tenemos es el voto, Dios nos ayude.

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