“Loncheritas” no tienen SOAT y son un peligro para pasajeros

Por Jorge Turpo Rivas

Sólo algunas Afocat acceden a venderles el seguro, pero como taxis colectivos. Advierten que existe un potencial riesgo de que los pasajeros queden desamparados si ocurre un accidente entre estas unidades.

INFORMALIDAD E INSEGURIDAD EN TRANSPORTE PÚBLICO

Las combis pequeñas, conocidas como “loncheritas”, que cada vez cubren más rutas en la ciudad, no tienen Seguro Obligatorio Contra Accidentes de Tránsito (SOAT) porque son informales y el Reglamento Nacional de Tránsito prohíbe que presten servicio de transporte público.

Se estima que son más de 5 mil “loncheritas” las que circulan en la ciudad con total impunidad ante la inoperancia del Sistema Integrado de Transporte (SIT) que no cubre todas las rutas en los distritos y la falta de control de la Municipalidad Provincial.

El regidor, José Suárez Zanabria, presidente de la Comisión de Transportes del Concejo Provincial, advirtió que la situación es grave porque si alguna de estas unidades protagoniza un accidente, los pasajeros y el propio conductor podrían quedar desamparados en la atención médica y en el pago de la póliza correspondiente.

“Es un peligro potencial porque si ocurre un accidente y no tienen SOAT se generará una desgracia para las víctimas y sus familias que no tendrán cómo cubrir los gastos de atención médica”, dijo Suárez.

Agregó que en su momento solicitó un informe al exgerente de Transportes, Omar Florez, para conocer la realidad y las condiciones en que operan las “loncheritas”, pero nunca respondió.

“Para acceder al SOAT deberían tener la acreditación para prestar servicio de transporte urbano, pero sabemos que no lo tienen. Los taxistas acceden al SOAT con el Setare”, explicó.

Algunas Afocat (especie de SOAT regional) han accedido a vender seguros a las “loncheritas”, pero lo hacen como taxis colectivos, no como combis del servicio de transporte público.

Esta situación fue reconocida por el presidente del Frente de Defensa del Transporte, Víctor Mendoza, que agrupa a las empresas informales de Arequipa.

“Las aseguradoras no les venden SOAT, pero les están dando las Afocat. Les venden el seguro como taxi colectivo hasta por nueve asientos y eso les permite trabajar”, indicó el dirigente.

El problema es que hubo casos en que vehículos que tenían Afocat al final no cubrieron las atenciones a los pasajeros en caso de accidente ni las pólizas respectivas.

A decir de Mendoza eso cambió y ahora las Afocat sí cumplen y ofrecen una póliza de hasta 21 mil soles como lo hace el SOAT.

Lo curioso es que las “loncheritas” son como inmunes a todos los operativos que realizan los inspectores de la municipalidad y la Policía de Tránsito.

Además, se han adueñado de varios sectores de la ciudad donde han convertido las calles en paraderos. Ocurre en la plataforma comercial Avelino Cáceres, también en la parte baja de Mariano Melgar y hasta en la calle Zela del Centro Histórico.

Otra queja recurrente es que se estacionan en cualquier lugar para recoger o dejar pasajeros como en el puente San Isidro, al final de la Variante de Uchumayo, generando gran congestión vehicular.

José Suárez Zanabria, presidente de la Comisión de Transportes del Concejo Provincial.

PERMISO TEMPORAL

Las “loncheritas” y demás unidades informales que circulan en Arequipa han solicitado a la gestión del alcalde provincial, Víctor Hugo Rivera, les otorgue un permiso temporal de un año para iniciar su formalización.

Ayer hubo una nueva reunión entre los dirigentes y el gerente municipal, Pablo Salinas, y se estableció que el próximo 14 de octubre la Gerencia de Transportes debe dar un informe sobre la viabilidad de ese permiso.

“Hemos notado que el gerente Salinas tiene la voluntad de dar solución a esta problemática y el acuerdo al que llegamos es que el 14 de octubre debemos tener una respuesta formal. Esperamos que esta vez tengamos resultados favorables”, dijo Víctor Mendoza.

Hace unos meses se formó una mesa técnica para tratar la situación del transporte informal, pero fracasó cuando los dirigentes no encontraron respuesta en más de tres meses de negociaciones.

A partir de allí, de manera personal, el gerente municipal decidió asumir el diálogo directo con los representantes de los informales y evitar el desarrollo de una marcha rodante que habían anunciado.

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