Por: Carlos Meneses

Ojalá más temprano que tarde la situación de Venezuela se clarifique y Maduro debe tomar el primer avión que lo lleve a algunas de las dictaduras que existen y que lógicamente actúan en sus respectivas naciones con la misma arbitrariedad conque lo han hecho en Venezuela.

El Centro Carter es uno de los observadores de procesos electorales más prestigiado en el mundo, será por eso que el gobierno de Maduro se negó a aceptar su presencia en las elecciones realizadas el 28 de julio pasado en que se acudió a un fraude que el Centro Carter ha revelado en la OEA y particularmente al secretario general del organismo.

Resulta que en las elecciones hubo habilidad suficiente para sacar constancia de los resultados de cada una de las mesas de votación y con tales evidencias se ha llegado a la OEA demostrando que el 70% del sufragio fue en contra de Maduro y no a su favor. El poder electoral venezolano ha hecho todos los esfuerzos posibles para convencer al mundo que no hubo fraude y que Maduro ganó las elecciones, cuando no es verdad.

Ahora el organismo de origen estadounidense ha entregado los documentos de cada mesa que confirman que el real ganador del proceso es el opositor Edmundo González asilado en España, mientras la dama que alentó su candidatura sigue liderando a más de 3 mil personas que están detenidas y enjuiciadas.

Poco hay para seguir discutiendo sobre el tema y ya no hay nadie que salga en defensa de quienes han burlado el deseo de los votantes, cambiando los resultados de una manera tal que Maduro resulta elegido, cuando el 70% realmente votó contra él.

Ahora hay que ver qué hace América independiente ante la afrenta de la que ha sido objeto, pocas dudas hay sobre la bondad de la opinión del Centro Carter y también interesa conocer cuál va a ser la reacción democrática que impere en el reconocimiento del verdadero resultado.

No sirve de nada un pronunciamiento de Rusia, China, Cuba y Nicaragua países donde no hay libertad ni oposición a los abusos de poder.