Por: Carlos Meneses

Llamar a los reservistas que fueron soldados o policías para que se sumen a la lucha contra la delincuencia es una idea que no puede descartarse de plano y por el contrario deben estudiarse sus ventajas y desventajas.

No es mala la propuesta de Renovación Popular, como grupo parlamentario, de poner otra vez en funciones el servicio militar obligatorio para quienes no estén trabajando o estudiando y que tengan entre 18 y 50 años para permitirles tener labores, alimentación y propinas hasta que la situación económica del Perú mejore. Además, se tendría disponible personal- expolicía o exmilitar- que pueda reforzar la tarea de lucha contra la delincuencia y un mayor número de agentes para proteger la vida de bodegueros y transportistas formales e informales.

Desde luego, el Poder Ejecutivo tendría que financiar los gastos adicionales que esto suponga, pero es posible que habiendo trabajo disminuya el número de delincuentes en acción. No se puede hacer una valoración de lo que tendría como costo este afán, pero con toda seguridad es una propuesta que bien merece estudiarse antes de rechazarla.

Lo que no se sabe con exactitud es si los proponentes pertenecen exclusivamente a lo que quedó de Renovación Popular después que esa bancada se dividiera en 2, con nombres diferentes y con propuestas que no son iguales.

En todo caso, toda idea que se estime adecuada para disminuir la delincuencia debe ser objeto de análisis y de decisiones donde las consultas se hagan con todo aquel que crea tener una idea adecuada para sustentar.