Por: Adrian Quicaño P.

Autoridades convocan a todos los arequipeños para su conservación.

Aunque para algunos esta especie podrá sonar novedosa, lo cierto es que siempre ha estado acompañando a los hombres de campo a lo largo de su camino y jornadas. Incluso es tan querido y respetado que un distrito lleva su nombre “Yarabamba”, distrito se manifiesta como orgullosamente como la tierra del Yaro. Sin embargo, su existencia se ve amenazada por el propio ser humano, invasores abusivos no dudan en talarlos y así tener más terrenos para vender. También existen quienes los cortan para ser utilizados como combustible.

Este árbol patrimonial nos representa a todos los arequipeños al ser parte infaltable de nuestras campiñas, como también lo es el Molle, quien también tiene su propio distrito como es Mollebaya. Lo que nos recuerda que nuestra obligación proteger nuestras especies emblemáticas.

El yaro necesita una atención especial para su conservación, y más aún de estudios para aprovechar su potencial alimenticio. La conservación, y un aprovechamiento sostenible de sus recursos, brindará un doble beneficio: el primero de proteger los servicios eco sistémicos dados por este árbol y el segundo mejorar de la calidad de vida de la sociedad.

De esta manera el Neltuma calderensis (Nombre cinetifico) ha recibido un nuevo resguardo legal en Arequipa, gracias a la Ordenanza Municipal N°012-2024, promovida por la oficina local del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) y que fue refrendada por la comuna de Yarabamba.

La creciente urbanización y la tala indiscriminada para uso de combustible, se han puesto en peligro a los Yaros, una situación que ha motivado la creación de dicha norma. La medida establece la prohibición de actividades que amenacen la integridad del arbol, como la tala y extracción. Además, declara su conservación como un interés distrital prioritario, asegurando que se incluya en futuros proyectos de restauración y reforestación en áreas donde ha sido depredado.

Con esta iniciativa, se espera no solo proteger una especie emblemática, sino también promover un equilibrio ecológico en el distrito, subrayando la importancia de cuidar el entorno natural frente al crecimiento urbano descontrolado.