La falta de control hace que la ciudad sea cada vez menos atractiva incluso ante los ojos de sus propios residentes.

Redacción Diario El Pueblo

El Cercado de la ciudad está cada vez más copado de ambulantes, “jaladores”, basura y carros mal estacionados. El tránsito peatonal y vehicular está entorpecido. El psicólogo Mauricio Vera afirmó que el panorama descrito puede producir estrés e irritabilidad en los transeúntes y conductores arequipeños, así como en sus visitantes.

Explicó que la mayoría de las personas no están en el centro para pasear; deben realizar diligencias. Se encuentran con un ánimo susceptible al entorno porque quieren acabar rápido. Entonces, las reacciones emocionales mencionadas pueden aparecer. El escenario incluso puede tornarse más complicado para quienes padecen enfermedades o trastornos mentales, dependiendo claramente de otra suma de factores externos.

Vera Valdivia afirmó que los turistas que arriban a la ciudad también pueden experimentar estrés e irritabilidad. “He tenido la oportunidad de viajar al extranjero. Nuestros visitantes no siempre se desentienden de la informalidad, pero en este caso la experimentan a un grado mayor. Y con otro conjunto de factores que los desconciertan respecto a lo que están acostumbrados, puede surgir una percepción negativa”, señaló.

Las autoridades provinciales deben recordar que el Centro Histórico es, ante el mundo, Patrimonio Cultural de la Humanidad. Por ende, la percepción que tengan quienes nos visitan es importante, ya que repercute fácilmente afuera.

La seguridad es otro problema que el psicólogo resaltó. Muchos peruanos actualmente se sienten intimidados por los casos de sicariato y extorsión. El panorama es negativo para atraer turistas. Es competencia de los tres niveles de gobierno crear un ambiente agradable que salvaguarde uno de los sectores económicos más fuerte del país.