En morgue de Arequipa realizan necropsias con cuchillo de cocina y sierras de metal
Por Erika Romero Díaz
Técnicos necropsiadores, perciben S/ 2600 a S/ 3000 de sueldo desde hace 15 años, trabajan en medio de la suciedad, falta de instrumental adecuado que no les permite dar un trato digno a restos humanos.
SERVIDORES NO SE QUEJAN POR TEMOR A REPRESALIAS
De las 35 morgues a nivel nacional solo 2 están en buen estado. La de Arequipa está lejos de ser una de ellas. Sus instalaciones califican como malas. La situación en la que trabajan los 6 técnicos necropsiadores está plasmada en un acta que fue levantada el 8 de este mes. Además, la falta de instrumental adecuado imposibilita dar un trato digno a los cuerpos de los fallecidos que deben ser revisados para conocer la causa de su deceso.
Al ingresar a la morgue de Arequipa un fuerte y persistente olor revuelve el estómago, pero es la sala de necropsias donde se observan condiciones alarmantes e insalubres que son un riesgo para los trabajadores quienes desde hace 15 años, aproximadamente, trabajan en esa situación y prefieren callar para evitar ser sancionados.
El 8 de este mes a las 11 de la mañana, Claudia Mostajo Díaz, secretaria del Sindicato de Trabajadores del Ministerio Público ingresó al Instituto de Medicina Legal, ubicado en la Av. Daniel Alcides Carrión y levantó un acta.
DÍAS CRÍTICOS Y FALTA DE INSTRUMENTAL
Los peores días en la morgue son aquellos en los que ingresan varios cuerpos en un mismo momento. La muerte de los 27 mineros asfixiados en el socavón de una mina en Yanaquihua (Condesuyos) fue uno de esos.
En la sala donde se realizan las autopsias están dispuestas 4 mesas, en cada una se interviene un cuerpo para conocer la causa de la muerte. Esas plataformas de acero inoxidable tienen fregaderos integrados, grifos de agua y un sistema de eliminación de desechos. Los grifos están sucios y desgastados; el sistema de trituración de residuos no funciona en 3 mesas. Una llamó nuestra atención, para impedir que el agua gotee le han amarrado una cinta métrica.
Cuando la necropsia empieza lo primero que se hace es describir el estado en que ingresa el cuerpo y el peso que tiene. Aquí es donde comienza el vía crucis. La balanza está malograda, ahora está convertida en una mesa más.
Si el cadáver está sucio se debe limpiarlo. La falta de un tanque elevado impide que haya la suficiente presión de agua, para superar ese inconveniente se coloca un tacho de color rojo de 130 litros de capacidad lleno con agua que tiene varios días en ese recipiente, luego toman un balde de pintura de 4 litros recogen el recurso hídrico y empiezan a bañar el cuerpo.
En la morgue utilizan un cuchillo de cocina que es afilado con una piedra, y dos sierras de metal, una de ellas fue comprada en una ferretería. La otra fue fabricada artesanalmente con fierros de construcción, el mango de la misma está oxidado y la corrosión ya le ha abierto varios huecos.
Mostajo Díaz les preguntó a los técnicos cómo se las arreglan cuando ingresan bastantes cuerpos para el estudio tanatológico. La respuesta fue que tienen que compartir el “instrumental”.
En el protocolo de necropsia se ha estipulado que se debe retirar los órganos y pesarlos antes de examinarlos, la balanza de la dependencia en cuestión está malograda, se presume que desde la pandemia.
“A los trabajadores no les quedó otra salida que hacer una junta de dinero y comprar una balanza de mercado”, relató Mostajo.
Al terminar con la necropsia, lo sanitariamente correcto es desinfectar el instrumental médico en unos hornos esterilizadores. En la morgue este equipo existe, pero no funciona, está de adorno y ya nadie recuerda desde cuándo está en esa condición. Una vez que terminan la revisión, los técnicos se acercan al lavatorio si hay detergente de ropa lavan las sierras, el cuchillo de cocina y la piedra. Si no, solo echan agua.
La iluminación es otro problema, las estaciones de luz ansiolítica están malogradas, lo que complica aún más el ya difícil trabajo de los técnicos necropsiadores.
La falta de presupuesto se nota hasta en la reutilización de unos frascos de vidrio en los que se colocan muestras de órganos, una vez que se han analizado se lavan para ser usados nuevamente.
CÁMARAS DE REFRIGERACIÓN
Sobre las cámaras de refrigeración la buena noticia es que funcionan, pero tienen 40, 20 y 15 años de uso, una de ellas tiene 9 secciones, no obstante no usan la parte superior porque no tienen un elevador que permita subir el cadáver e introducirlo.
Lo malo es que el interior está sucio, y eso ocasiona contaminación cruzada que puede afectar a los técnicos que trabajan directamente con los cuerpos sin vida. El peor escenario en ese ambiente es cuando hay cortes de energía eléctrica por varias horas, si eso ocurre los despojos empiezan a descongelarse. Este proceso se detendría encendiendo el equipo electrógeno, que también está malogrado.
Mostajo señaló que la limpieza de los equipos frigoríficos no puede realizarlo el personal de aseo porque se requiere un tratamiento especializado.
Los trabajadores de la morgue reclaman mayor presupuesto de parte del Estado para brindar una mejor atención a los usuarios y un trato digno a los restos humanos que intervienen. Si esto no ocurre irán a la huelga nacional indefinida.