Por: Carlos Meneses

La promoción turística debe pasar a ser un factor de ingresos fiscales muy importante y Machu Picchu es la figura central de tal esfuerzo.

Por sexta vez consecutiva las ruinas de Machu Picchu, en el Cusco, han sido consideradas como el atractivo turístico más importante del mundo, esto significa mayor visita de turistas hacia la ciudad imperial y una responsabilidad muy grande para defender su integridad y la cultura que representa.

Se estima que anualmente 2 millones de visitantes llegan a las ruinas de Machu Picchu que ahora están sometidas a un severo control por el Ministerio de Cultura, encargado de las cobranzas y del mantenimiento del complejo. En todo caso la determinación de continuar considerando a Machu Picchu como el principal atractivo mundial de turistas beneficiará enormemente a Perú y significa un reto en mantener la organización que facilite la llegada de visitantes, lo que se complementará con un aeropuerto en Chinchero para viajes internacionales.

Lo importante es que el gobierno se encargue con Chinchero de dar toda clase de facilidades para que el turismo sea cómodo para todo aquel que viene y de esa manera aprovechar la singular situación que plantea Machu Picchu.

También es conveniente que se eviten actos de corrupción con respecto al tráfico de boletos que en un momento determinado provocaron la intervención del gobierno para poner a derecho a quienes estaban abusando de situaciones de privilegio para repartir boletos o para cobrar más de lo que debían.