Chancay y las exoneraciones de impuestos

Por: Pedro Herrera, economista principal del Consejo Privado de Competitividad.

PERÚ COMPETITIVIDAD

En estos días se viene discutiendo en el Congreso de la República la exoneración de impuestos para la zona económica especial (ZEE) del puerto de Chancay. La discusión gira en torno a si la ZEE de Chancay debería ofrecer una tasa privilegiada de impuesto a la renta de 15% o una de 0%; que en otras palabras implica exonerar la mitad o la totalidad del impuesto. Conviene por tanto revisar si los temas tributarios constituyen factores determinantes de las decisiones de localización empresarial y de la inversión privada.

Según la literatura de la Geografía Económica (cuyo principal exponente es Paul Krugman, premio Nobel de Economía 2008), entre los factores que definen la llegada de empresas a un determinado territorio se encuentran la presencia de infraestructura vial y energética y de redes de comunicación, la existencia de mercados laborales densos, la definición clara de derechos de propiedad y la presencia de una institucionalidad fortalecida. Estos factores crean las condiciones necesarias para que la actividad económica pueda desenvolverse de manera exitosa.

Estos determinantes se complementan con otros que permiten el refuerzo de la aglomeración inicial de la localización de empresas para generar procesos sostenibles de crecimiento económico. Entran así a tallar la posibilidad de explotación de mercados amplios de bienes, servicios e insumos intermedios vinculados a las ventajas comparativas de los países, y el acceso a un mercado laboral competitivo y especializado. Estos elementos crean los incentivos necesarios y suficientes para la expansión de las actividades empresariales.

La literatura no reconoce a las exoneraciones tributarias como un factor decisivo de la localización empresarial. Más aún, existe evidencia en contra respecto a sus impactos en la generación de empleo y el crecimiento económico. Por ejemplo, Farole (2011) para el caso africano, evaluó los factores que impulsan el rendimiento de las ZEE, encontrando la inexistencia de una correlación entre las exenciones fiscales ofrecidas a las empresas y el éxito de la zona en términos de la generación de empleo y el incremento de las exportaciones. Asimismo, un informe de 2015 del Banco Asiático de Desarrollo concluye que, aunque muchos países sienten la necesidad de ofrecer incentivos fiscales para dinamizar las ZEE, su eficacia es limitada y muy inferior a la de los países desarrollados.

Las exoneraciones tributarias crean ventajas artificiales e insostenibles, resultando en una distribución ineficiente de recursos económicos y una pérdida de ingresos fiscales. En el Perú, solo en un año, entre el 2022 y el 2023, las exoneraciones tributarias se han incrementado S/2732 millones, y se proyecta que estas asciendan a S/ 23 854 y S/ 24 010 millones en el 2024 y 2025, respectivamente. En el ámbito macroeconómico, las exoneraciones tributarias atentan contra la sostenibilidad de las finanzas públicas. En el corto plazo, complican el cumplimiento de la regla del déficit fiscal, que para este año se ha establecido en 2.8% del PBI, pero que en los últimos 6 meses ha sido de 4% del PBI. En el largo plazo, los privilegios tributarios impactan negativamente en el proceso de consolidación fiscal del país, trasladando intertemporalmente el esfuerzo del ajuste a las futuras generaciones.

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