La soledad de Castillo
Por: Carlos Meneses
“Si no hay entendimiento entre los grandes políticos habrá que pensar, seriamente, en un adelanto de elecciones para que se vayan todos”.
Una declaración pública del secretario general del partido Perú Libre, con cuyo apoyo ganó las elecciones el presidente Castillo, revela que desde hace más de un mes y medio Vladimir Cerrón no ha vuelto a tener un intercambio de opinión con el jefe de Estado y, consecuentemente, hay relaciones interrumpidas entre la organización política que propició una esperanza de cambio en el país y una manera de manejar las cosas en una forma que no satisface ni a los electores que votaron por él y tampoco a los que discreparon de su manera de ver las cosas para el futuro nacional.
Así la soledad del presidente Castillo ha llegado a extremos riesgosos para la estabilidad política del país y menudea las demandas de un cambio en el quehacer que no se pueden limitar con el anuncio de esperar sorpresas para el mensaje presidencial del 28 de julio. Aquí los tiempos importan, pues cada día la situación empeora y no hay respuestas que conduzcan a advertir soluciones.
Necesitamos un sinceramiento de todas las fuerzas políticas, un propósito de olvidar nuestras diferencias porque los problemas son los mismos y solo la manera de entenderlos, sopesarlos y resolverlos dependerá de quienes los sufren.
Hay que tener en cuenta que la bancada más numerosa del Congreso está conformado por los fieles a Perú Libre. Hoy día de ese grupo numeroso han surgido 4 facciones que no se encuentran entre sí y solo reconocen el liderazgo inicial, pero no hasta dónde y cómo han llegado las cosas a la situación presente.
Conviene, a todas luces, que Perú Libre revise sus promesas, se siente a conversar con los otros grupos. Si no es así, sería bueno tratar, también, un adelanto de las elecciones para que los equivocados se vayan y dejen gobernar a otros que tengan una mejor perspectiva nacional.