Un legado de fe y arte: Adiós al Padre Julio

Por Jorge Turpo Rivas

FALLECIÓ AYER A LOS 85 AÑOS

El Padre Julio Carpignano, falleció ayer a los 86 años de edad. Su vida, marcada por el compromiso pastoral y la pasión por el arte sagrado, es un testimonio vivo de dedicación y amor al servicio de Dios y los fieles.

Nacido el 6 de noviembre de 1939, el Padre Carpignano ingresó a la orden capuchina en su juventud. Fue ordenado diácono el 21 de junio de 1968 y sacerdote el 29 de septiembre del mismo año.

A lo largo de sus 47 años como sacerdote y más de medio siglo como capuchino, dedicó más de 40 años de su vida al servicio pastoral en el Perú, convirtiéndose en una figura destacada tanto por su labor espiritual como por su contribución cultural.

Entre los años 1992 y 2007, el Padre Carpignano lideró un proyecto artístico que transformó el paisaje cultural de Arequipa.

Con una visión renovada de la estética católica, promoviendo la creación de más de 200 lienzos de temática religiosa, logró revivir el esplendor del arte sacro en la región.

Estos lienzos, que retratan escenas bíblicas y santos venerados, no solo embellecieron los templos de la ciudad, sino que también reforzaron la identidad espiritual de la comunidad.

El Padre Carpignano no solo era un promotor del arte, sino también un crítico apasionado que entendía cómo las expresiones artísticas podían ser un canal poderoso para transmitir el mensaje divino.

Su sensibilidad hacia la belleza lo llevó a inspirar a artistas locales y a crear una síntesis única entre fe y cultura.

DEDICACIÓN PASTORAL

Como sacerdote, el Padre Carpignano se caracterizó por su humildad y cercanía con los fieles. Sus homilías, cargadas de reflexión y espiritualidad, calaban profundo en quienes lo escuchaban. Fomentó valores como la castidad, el compromiso y la solidaridad, temas que abordó también en sus enseñanzas y conferencias.

Un ejemplo de su entrega espiritual se puede apreciar en el video “La Castidad”, disponible en plataformas digitales, donde reflexiona sobre la importancia de este valor en la vida cristiana.

DEJA UN VACÍO

Ayer en la tarde, la Parroquia Madre de Misericordia en Arequipa anunció el fallecimiento del Padre Julio Carpignano.

La noticia conmocionó a la comunidad, que expresó su profundo dolor por la pérdida de un líder espiritual que había marcado sus vidas.

Sus últimos días estuvieron rodeados de oraciones y agradecimientos de aquellos que se beneficiaron de su obra y enseñanzas.

El legado del Padre Carpignano no solo vive en los templos y lienzos que ayudó a embellecer, sino también en el corazón de quienes encontraron en él un guía y un amigo. Su vida nos recuerda que la fe y el arte son herramientas poderosas para transformar el mundo y acercar a las personas a Dios.

El Padre Julio dejó un ejemplo claro de cómo la dedicación, la fe y el amor pueden entrelazarse para crear un impacto duradero.

En sus 85 años de vida, demostró que el servicio pastoral no solo se limita al altar, sino que puede expandirse a través del arte, la cultura y el compromiso social.

Hoy, mientras la comunidad de Arequipa y más allá celebra su memoria, queda la tarea de seguir construyendo sobre los cimientos que él dejó. Ya sea a través de la conservación de su legado artístico o mediante la emulación de su ejemplo de vida, el Padre Carpignano sigue siendo una inspiración para todos los que buscan vivir una vida de propósito y fe.

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