Pérdidas irrecuperables por agricultura sin planificación

Por: Jorge Delgado – Rerum Novarum

Nos enteramos que 20,000 toneladas de mango se han enterrado hasta la fecha y que entre los mangos y los limones van a tener una caída de precio de hasta el 70%.

El precio se da, según una de las reglas económicas por la escasez, mientras más escaso un producto más caro es. En época de pandemia, se ponía al limón como si tuviera el valor del oro, justo porque no había esta fruta en el mercado.

Pero yendo al fondo del asunto, nunca ha habido una buena planificación agrícola para que el agricultor cuando cultive tenga asegurada la rentabilidad de esa producción. Ocurriendo en mi concepto, 3 hechos contundentes.

Primero, lamentablemente el agricultor, al ser muy empírico, cuando ve al vecino tener una buena ganancia con alguna campaña, al otro año va a sembrar lo que vio y como no solo lo vio él, sino los demás vecinos, todos van a sembrar lo mismo en la nueva campaña. Muchas veces el resultado es la saturación del mercado, ocasionando lógicamente la baja de precio.

Como ejemplo tomemos al ajo y la cebolla, cultivo muy frecuente en Arequipa. El gran problema es que, al ser estacional, los que llegan al mercado al inicio de la campaña, son los que van a encontrar un buen precio, obteniendo buena rentabilidad. Los que llegan después, sabemos que van a encontrar un precio menor de compra, que en muchos casos solo va a cubrir su inversión. En donde muchas veces, los que llegan más tarde, al tener créditos bancarios, si no llega a cubrir este préstamo, pues lo que va a suceder es la pérdida de su garantía, que por lo general es el propio terreno.

Segundo, gravísimo pero muy grave problema, es el intermediario entre el agricultor y el usuario final. Ejemplo: el kilo de sandía en la chacra vale S/ 0.50 y en el mercado de la ciudad está a S/ 2.00, entonces la pregunta ¿Quién se lleva esos S/ 1.50 de diferencia?, ya sabemos quién. Lo triste es que ese intermediario, que no produce absolutamente nada, es el que se lleva la mayor utilidad; inclusive, se dan el “lujo” de ser selectivos en sus compras, por lo cual muchos agricultores, sobre todo los pequeños, no van a poder colocar sus productos.

Este intermediario, al manejar el precio, es la principal causa por la cual la agricultura en el Perú anda como anda, mal.

Y aquí viene el otro gran problema, el tercero, el estado en su papel de ordenador, promotor y árbitro de la economía. Como ordenador es un fracaso, ya que, si bien existe el SIEA y el SIRA para ordenar la producción agrícola, nunca han tenido la llegada y convocatoria para que los agricultores consulten a estos organismos para tener una buena decisión de campaña de siembra o producción. Como ordenador y árbitro, nunca ha podido desde más de 60 años, minimizar o desaparecer el impacto de los intermediarios. Como promotor, el estado no tiene ningún tipo de plan de corto, mediano y largo plazo sustentable y realizable. Así, las pérdidas en la agricultura son irrecuperables.

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