Por: Carlos Meneses

“Decir no a las aglomeraciones, no solamente es una orden de la autoridad sino una obligación ciudadana de acatarlo”.

Hay que despertar conciencias y evitar se produzcan aglomeraciones en desfiles, conciertos, fiestas y en toda ocasión que favorezca el contagio del coronavirus en su cuarta ola en el Perú y especialmente en Arequipa donde hay un número crecido de personas que no acuden a vacunarse oportunamente contra este mal.

Arequipa, en los últimos 3 años, no ha podido celebrar como antes las Fiestas Patrias o su día jubilar del próximo 15 de agosto, eso disgustará, sin duda alguna, a los funcionarios regidores y alcaldes que prepararon un programa de festejos que incluía actividades musicales, convocatorias a marchas, desfiles y hasta un Corso de la Amistad que ahora están prohibidos.

Proteger la vida, la salud es la primera obligación de toda autoridad y debe reconocerse que sobre el tema el Ministerio de Salud tiene el deber de liderar las prohibiciones y evitar los excesos.

Si tenemos cuidado lo que ahora son causa de pequeños trastornos en la salud pasarán sin provocar daño mayor, pero si no respondemos con eficiencia y obediencia a las recomendaciones lamentaremos pérdidas de vida que a nivel nacional han sido estimadas en alrededor de 15 mil muertes.

La única forma de lograr controlar los abusos es con unas enérgicas medidas que dispongan las autoridades sanitarias y se encargue de hacerlas cumplir la Policía. El respetarlas será una decisión de mayoría ciudadana que siempre debe estar dispuesta hacer lo que se le indique en casos semejantes.