Liderazgo y Visión: La clave para una real transformación digital y humana

La Transformación Digital (TD) ya no es una opción, es una necesidad.

Por Alicia Barco Andrade.

Los recientes datos sobre la Transformación Digital (TD) en nuestras empresas revelan una verdad ineludible: el camino es prometedor, pero lleno de desafíos. Si bien destinamos apenas el 0.7 % de nuestras ventas a esta crucial inversión, y el COVID-19 junto a asesores externos han sido catalizadores, la realidad es que aún luchamos contra la falta de personal capacitado, la resistencia al cambio y la vorágine del día a día. Pero hay un factor que, más allá de las cifras y las herramientas, emerge como el verdadero motor de un cambio profundo: el liderazgo de la alta dirección.

Sin embargo, los datos nos muestran un panorama que, si bien tiene avances, también revela desafíos persistentes en las empresas peruanas. Mi análisis de estos números subraya un punto crucial: la importancia decisiva del liderazgo de la alta dirección para que la TD deje de ser una aspiración y se convierta en una realidad palpable.

Los números hablan por sí solos. En promedio, las empresas destinan apenas un 0.7 % de sus ventas a la Transformación Digital. Este porcentaje, aunque pequeño, se ve influenciado por factores externos que han empujado la agenda, como la pandemia del COVID-19 y los cambios inherentes al sector. Aquí, la figura de asesores y consultores externos también ha sido vital, actuando como catalizadores que traen conocimiento y perspectivas frescas.

No hablamos solo de implementar tecnología, sino de orquestar una Transformación Digital Humana. Los datos lo confirman: el Gerente General es el líder natural de esta iniciativa. Y, francamente, nos preocupa que un 12 % de las empresas aún no tenga un timonel claro para este viaje. Sin una visión definida desde la cima, sin una voz que inspire y derribe barreras, la TD corre el riesgo de quedarse en la superficie, una mera digitalización de procesos que no toca la esencia de la organización.

Sin embargo, el camino no es sencillo. Las principales barreras que frenan este avance son claras: La falta de personal capacitado, la resistencia al cambio interno y la vorágine del «día a día» operacional. Estos obstáculos no son triviales; requieren una gestión estratégica y una cultura organizacional que promueva la adaptabilidad y el aprendizaje continuo.

Es aquí donde el liderazgo se vuelve irremplazable. El estudio confirma que el Gerente General es el líder natural de la Transformación Digital. Es quien debe no solo proveer la visión, sino también asignar los recursos y derribar las barreras internas. Preocupa que un 12 % de las empresas aún no tenga un líder establecido para esta iniciativa crucial. Sin un timonel claro, la nave de la TD navega sin rumbo.

La data también nos muestra que, en algo más de un tercio de las empresas, existe la posición de Gerente de PMO (Oficina de Gestión de Proyectos), y en la mayoría, el área de TI reporta directamente al Gerente General. Esto es positivo, ya que centraliza la dirección tecnológica y facilita la toma de decisiones estratégicas.

En cuanto a la aplicación, las áreas de Comercial y Ventas, seguidas por Operaciones/Producción/Mantenimiento, son las que más han adoptado la TD. Esto tiene sentido, ya que son las áreas que suelen interactuar directamente con el cliente o que buscan eficiencias operativas tangibles.

Mirando hacia los próximos dos años, las prioridades de inversión en tecnología son claras y prometedoras. La ciberseguridad se mantiene como una prioridad absoluta, reflejando la creciente preocupación por la protección de datos y sistemas. La modernización y el desarrollo de programas Legacy/Core (sistemas heredados/centrales) evidencian la necesidad de renovar la infraestructura tecnológica para soportar la innovación. Y, significativamente, la Inteligencia Artificial (IA), tanto generativa como convencional, gana una importancia creciente. Esto señala una maduración en el entendimiento del potencial de la IA para generar valor y eficiencias.

Porque una TD humana no es solo eficiencia; es Re imaginar cómo la tecnología sirve a las personas, a nuestros colaboradores y a nuestros clientes. Implica entender que la ciberseguridad no es solo proteger datos, sino salvaguardar la confianza. Que la modernización de sistemas Legacy no es solo actualizar código, sino liberar a nuestros equipos de procesos obsoletos para que puedan innovar. Y que la Inteligencia Artificial, en sus formas generativa y convencional, es una poderosa aliada que debe amplificar nuestras capacidades humanas, no reemplazarlas sin un propósito claro.

El reto está en ir más allá de la inversión mínima y abrazar una visión integral. La TD humana exige que el líder no solo apruebe presupuestos, sino que también fomente una cultura de adaptabilidad, aprendizaje y experimentación. Que sea el primero en comunicar el porqué del cambio, en escuchar las preocupaciones de los equipos y en celebrar cada pequeño avance.

Porque, al final del día, la verdadera transformación no es la de los bits y bytes, sino la de las personas. Es el liderazgo con visión y empatía el que asegura que la tecnología sea una herramienta poderosa al servicio del bienestar, la eficiencia y el crecimiento, construyendo un futuro digital donde el ser humano sigue siendo el centro.

En síntesis, la Transformación Digital en las empresas peruanas es un proceso en marcha, impulsado por la necesidad y la visión externa. Sin embargo, su verdadero despegue depende de un liderazgo interno fuerte y comprometido desde la alta dirección. Superar la resistencia al cambio, capacitar al personal y destinar un mayor porcentaje de las ventas a esta inversión estratégica son los pasos ineludibles para que el Perú siga avanzando en la era digital.

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