Muerte de Mostajo fue provocada por un derrame cerebral

Lo afirmó su médico de cabecera Samuel Lozada Benavente.

Por Carlos Meneses Cornejo

ESPECIALES DE AREQUIPA: Los arequipeños que yo conocí

Desde que dejó de ser vocal superior de la Corte de Superior de Justicia de Arequipa la actividad física y mental de Francisco Mostajo Miranda fue decayendo. Mostajo nació el 3 de octubre 1874 y perdió a su madre en el momento en que nació, luego fue llevado a la iglesia del Sagrario para ser bautizado en la que puede haber sido su única presencia en un templo católico. Nunca más volvería a entrar a uno de esos recintos. Aunque dijo desear que él hubiera sido el que muriera en lugar de su fallecido entrañable amigo y alumno, Arturo Villegas Romero, quien fue asesinado por las balas militares en plena Plaza de Armas de esta ciudad.

Diario EL Pueblo informó del fallecimiento de Francisco Mostajo.

Se fue a vivir a Yanahuara desde donde venía a pie cruzando el puente Grau hasta el local de la Corte de Superior de Justicia de Arequipa que estaba en la calle San Francisco. El 27 de marzo de 1953, poco después de las 4 de la tarde, rodeado por su única hija, su yerno, su nieta Nazareth Marroquín y su médico de cabecera, Samuel Lozada Benavente, es declarado muerto, agréguese a la información que el doctor Lozada fue mi padrino de nacimiento.

A esa hora y cuando -Lozada- su médico se encontraba en su consultorio de la segunda cuadra de la calle San José, el timbre del teléfono lo requirió ir urgentemente a la casa de Mostajo, pues el doctor parecía haber empeorado. Cuando Lozada llegó a la vivienda confirmó el deceso de Mostajo y explicó que la muerte se debió a un derrame cerebral determinante de un paro cardíaco que afectó el lado izquierdo de su cerebro.

Colocación del monumento a La Libertad fue promovido por Francisco Mostajo.

En ese mismo momento se dio aviso a la prensa del deceso y alcanza a ser publicada en primera página del diario vespertino El Pueblo la convocatoria al velatorio en la casa mortuoria ubicada en la calle Quesada 107 de Yanahuara de donde saldría el sábado 28 a las 15 horas el sepelio correspondiente.

La campana mayor de la Catedral que ya tenía 119 años de antigüedad y con la que se convocaba a las manifestaciones que presidía Mostajo, llamó a tocar arrebato y la universidad reclamó el derecho de velarlo, mientras una masa enorme de trabajadores pretendió llevarlo al municipio.

Fue sepultado en la tarde con una declaración en la que consta que en el nicho número 40, cuarto nivel del pabellón san Javier del cementerio de La Apacheta con una leyenda debajo de su nombre que dice “Vivirás eternamente en el corazón de tu esposa e hijos”.

Los periódicos El Pueblo, Noticias y El Deber detallan que el sepelio fue numeroso, que no le rindieron honores militares a pesar de haber muerto cuando había sido vocal con derecho a ellos y no se vio un solo hombre vestido de verde, que fuese policía o militar en acto alguno de la ceremonia.

Vivienda de Francisco Mostajo en Yanahuara.

La causa de la muerte fue atribuida a una falla cardiaca, pero el testimonio de su médico de cabecera fue determinante de su deceso, fue un sincope cardiaco y cerebral. La versión fue recogida por el joven historiador y también periodista Hélard André Fuentes Pastor de la edición del 6 de octubre de 2015 en su libro Célebres arequipeños de María Eugenia Tomasio Bouroncle.

Los diarios destacaron las palabras que en esa oportunidad pronunciaron personalidades como Juan Manuel Polar Ugarteche, Isaías Mendoza del Solar, Alberto Fuentes Yaguno y el propio director de El Pueblo, Edilberto Zegarra Ballón. También se publicaron fotografías del cortejo fúnebre y se resaltó la ausencia de militares por el desacuerdo que tuvieron con Mostajo en los sucesos del año de 1950.

Francisco Mostajo junto a su yerno José Marroquín Guzmán.

comentario en

  1. Respeto todo el contenido del artículo sobre el fallecimiento del Dr. Francisco Mostajo Miranda. Pero porque No asistió ningún militar a su entierro. La razón principal No solamente fue por la decisión de ver morir baleado en plena Plaza de Armas a su discípulo Arturo Villegas en la Revolución de 1950. Mostajo No ingreso a ningún templo católico. en toda su historia, salvo el día que lo bautizaron. Mostajo fue excomulgado por el poder eclesiástico de Arequipa desde 1902 Junto al Dr. Mariano Lino Urquieta y otros Liberales – pero Liberales de Doctrina Social.
    Rompió con la iglesia, Igual con los militares desde 1902 cuando el Prefecto Parra, realizó una persecución política – odio e incapacidad de poder rebatir la Doctrina del Liberal Socialismo auroral de Urquieta y Mostajo y el Semanario “El Ariete”. La coalición dominante de Arequipa de la Aristocracia Terrateniente. los primeros manifiestos de la Burguesía Comercial y el poder del clero conservador desde el diario El Deber. Las victorias electorales de los Liberales en el Municipio 1900 y 1902, después negados y eliminados; los Diputados y Senadores 1902 – la respuesta del gobierno – artesanos asesinados en las calles de la ciudad igual en la primera huelga Obrera de Arequipa Mollendo de 1902,
    La cárcel del Dr. Urquieta y la deportación en 1904. Persecución política a Mostajo, Modesto Málaga, Francisco Chuquihuanca, José Manuel Chávez Bedoya, dos dirigentes artesanos e incluso al Dr. Francisco Gómez de la Torre. Llegó Arequipa años antes y escribía en el diario La Bolsa la escritora cuzqueña, que años antes a raíz de la publicación de su Novela. «Aves sin Nido» el clero y la iglesia la condenaron y excomulgaron. También fue Deportada Clorinda Matto de Turner.
    No olvidemos que la persecución contra Urquieta y Mostajo vino desde el propio Palacio de Gobierno – el Ingeniero López de Romaña – presidente de la República. y magno representante de la aristocracia terrateniente local, incluso obligo a Urquieta a presentarse en Lima desde enero de 1901 – después del Primer Mitin político de los Liberales y el Primer Mitin de las Mujeres y la Señorita María Nieves y Bustamante. Impresionante presión religiosa de todas las Ordenes Eclesiásticas.
    Ahí nace su posición inquebrantable, su decisión histórica de Urquieta y Mostajo, al ser excomulgados, nunca más con la iglesia y nunca más con los militares. Todos respetaron sus decisiones como Profesionales y Líderes Comunitarios del siglo XX.

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