El desfile: un motivo propicio para el reencuentro de exalumnos de la “I”
Exalumnos celebran Fiestas Patrias y aniversario de su colegio.
Observar a los exalumnos del Colegio Nacional de la Independencia Americana desfilar por las calles de Arequipa es, sin duda, un motivo de emoción y orgullo para todos los peruanos. Esta expresión de unidad y fervor patrio se manifiesta de manera especial durante las celebraciones por su 198 aniversario, y por Fiestas Patrias, cuando las promociones de la emblemática institución se reúnen para rendir homenaje a la patria y a su alma mater.
A lo largo de la avenida Independencia, del Cercado de Arequipa, numerosas generaciones de egresados marchan con paso firme, orgullosos de haber sido formados en una de las instituciones educativas más prestigiosas y antiguas del país. Sus desfiles no solo son una demostración de disciplina y gallardía, sino también un acto simbólico que enlaza pasado, presente y futuro.
El característico uniforme caqui y la boina que distingue a los exalumnos se convierten en elementos que despiertan la memoria colectiva. Bajo el intenso sol de julio, sus rostros serios y decididos reflejan el profundo respeto y amor por la patria, compartiendo la jornada con escolares de otras instituciones arequipeñas.
Cada paso y cada formación revelan el fruto de una enseñanza cimentada en los valores que el Colegio Independencia Americana ha promovido desde su fundación en 1827, por el propio libertador Simón Bolívar. La historia viva de la educación peruana se plasma en estos desfiles, que son también un tributo al legado de miles de docentes y generaciones de estudiantes.
Más allá de la ceremonia, el desfile se convierte en un punto de reencuentro. Muchos exalumnos lo ven como una oportunidad para volver a ver a sus compañeros, rememorar anécdotas y estrechar los lazos que nunca se han roto. Desde los jóvenes recién egresados hasta los adultos mayores de las promociones de los años 50, todos comparten el mismo sentido de pertenencia.
La espera antes del desfile es un momento propicio para la nostalgia. Se oyen conversaciones sobre profesores que dejaron huella, jornadas maratónicas de estudio, bromas en los recreos y tardes bajo la sombra de los árboles del patio. Cada rincón del colegio permanece en la memoria de sus egresados como un capítulo fundamental de sus vidas.
El sentimiento común entre todos es que ser exalumno del Independencia no es solo una etapa académica, sino una identidad que acompaña para siempre. Es ese vínculo profundo el que los impulsa a regresar año tras año, orgullosos de portar el nombre del colegio en sus corazones y de mostrarlo públicamente.
