Estamos Patas Arriba en el Perú: ¿Cómo Salimos de Este Laberinto?
Por: Alicia Barco Andrade

La popular expresión «Estamos patas arriba en el Perú» encapsula la profunda sensación de caos e inestabilidad que vive la nación. Con una inestabilidad política crónica, una conflictividad social persistente (como las marchas mineras) y una economía tambaleante bajo el peso de la informalidad y la inflación, el país enfrenta un panorama desafiante.

La reciente y polémica subida del sueldo presidencial y el constante olvido de regiones como Cajamarca, Loreto y Puno exacerban la corrupción y la debilidad institucional, haciendo urgente un liderazgo responsable y un diálogo efectivo para enderezar el rumbo y reconstruir la confianza ciudadana.

La frase resuena en cada esquina, en cada conversación familiar, en cada lamento por las noticias del día: «Estamos patas arriba en el Perú». No es una simple expresión coloquial; es el grito de una nación que se siente desorientada, desarticulada, con la cabeza donde deberían ir los pies. Y es que, miremos donde miremos, la sensación de caos e inestabilidad parece haberse arraigado en el ADN de nuestro día a día.

Una Montaña Rusa Política Sin Fin

La inestabilidad política es, sin duda, la espina dorsal de este desorden. Desde hace años, Perú ha entrado en un bucle de crisis recurrentes, cambios presidenciales vertiginosos y un Congreso en constante pugna. Esta volatilidad no solo mina la confianza de los ciudadanos, sino que también ahuyenta inversiones y obstaculiza cualquier intento de planificación a largo plazo. ¿Cómo construir un futuro cuando el presente cambia cada seis meses? La polarización ha carcomido los espacios de diálogo, haciendo que cualquier consenso parezca una utopía.

El Costo de la Conflictividad Social

Las calles y carreteras se han convertido en el escenario de una conflictividad social cada vez más aguda. Las protestas, como las recientes de los mineros informales, son el síntoma de demandas históricas y una profunda desconfianza hacia el Estado. Estos bloqueos no solo detienen el flujo de bienes y servicios, generando pérdidas económicas millonarias, sino que fracturan comunidades y exponen la fragilidad de nuestra convivencia. Cada vez que una vía se bloquea, no solo se detiene el comercio, se detiene la esperanza.

La Economía: Entre el Potencial y la Precariedad

A pesar de ser un país rico en recursos, la economía peruana sigue navegando en aguas turbulentas. La inflación, el alto costo de vida y una informalidad laboral que roza el 70 % ahogan el poder adquisitivo de las familias. Sectores vitales como la minería y el turismo sufren los embates de la inestabilidad política y social, limitando la generación de empleo digno y el desarrollo que tanto necesitamos. El potencial está ahí, inmenso, pero parece prisionero de nuestras propias limitaciones internas.

Corrupción, Desgaste Institucional y la Brecha Insultante

Detrás de cada titular escandaloso, la corrupción sigue erosionando los cimientos de nuestras instituciones. La percepción de impunidad y la debilidad del sistema de justicia profundizan la desconfianza ciudadana en el Estado y sus representantes.

Pero a esto se le suma una herida más profunda, casi un insulto a la inteligencia y dignidad del pueblo: mientras vastas regiones como Cajamarca, Loreto y Puno —provincias ricas en recursos, pero crónicamente olvidadas— claman por servicios básicos, carreteras dignas, salud y educación de calidad, decisiones como la subida del sueldo de la presidenta Dina Boluarte a S/ 35 568 resuenan con un eco de privilegio inaceptable. Sin mérito aparente que justifique tal incremento en medio de la precariedad general, y con la sombra de posibles bonos o beneficios adicionales, esta medida agrava la percepción de un Estado que prioriza a su cúpula mientras deja a su suerte a millones de peruanos. La brecha entre el bienestar de la élite política y la dura realidad de la mayoría de la población se vuelve cada vez más obscena. Cuando la gente siente que no hay reglas o que estas solo aplican para algunos, el tejido social se desgarra y la idea de un futuro compartido se desvanece.

¿Cómo Enderezamos el Rumbo?

La pregunta de un millón es: ¿cómo salimos de este laberinto? No hay soluciones mágicas ni atajos. Requiere de un compromiso genuino y un esfuerzo colectivo. Necesitamos liderazgos responsables que prioricen el bienestar del país sobre los intereses particulares. Urge reconstruir la confianza en las instituciones y en el sistema político. Es imperativo que el Estado se acerque a las demandas ciudadanas con diálogo efectivo y soluciones concretas, especialmente en temas como la formalización de actividades económicas y la provisión de servicios básicos en cada rincón del país.

Desde este diagnóstico doloroso, también es una llamada de atención urgente. La única forma de enderezar el rumbo es trabajando juntos, reconociendo nuestros problemas y apostando por un futuro donde el orden, la justicia y el progreso no sean solo anhelos, sino realidades tangibles para todos los peruanos.

comentario en

  1. Compartimos en la esencia del contenido y fundamento del Artículo una realidad político nacional que se hunde cada día – como cuando el ciudadano de a pie se pregunta. Estamos hoy en el Perú patas para arriba, como salimos de este laberinto, realidad nacional múltiple de lo expresado por la Autora, que se complementa con la Corrupción Estructural e Histórica, Múltiple y de alta Complejidad, camino a la toma absoluta de la Instituciones y el envenenamiento del Estado. igual como la Corrupción envenenó y liquidó a la «clase Política» a los Partidos Políticos y sus Dirigentes y Líderes que venían desde el siglo XX.
    Sumado a esta realidad, todos los días somos parte de una extensión y generalización nacional de la POBREZA, el HAMBRE la Informalidad y en los últimos tiempos la INSEGURIDAD CIUDADANA (el crimen) y las consecuencias directas que genera el CAMBIO CLIMÁTICO, cuyas víctimas directas somos todos los Peruanos, precisamente por falta de las Instituciones Encargadas del trabajo y la Ausencia total del Estado-
    Desde una Coalición surgida entre el Ejecutivo y Legislativo, todos somos testigos como día a día se destruye la EDUCACIÓN, la SALUD y el BIENESTAR SOCIAL de la Población, todo en beneficio de seudo dirigentes, que en realidad son “EMPRESARIOS de la POLÍTICA”. La degradación – enfermedad y muerte de la Política es una realidad cuando la CONFIANZA personal, social e Institucional está totalmente atravesada por una Enfermedad que es la CRISIS de CRISIS en beneficio de una Mafia que está destruyendo lo poco que se avanzó en los tiempos del siglo XXI cuando recuperamos la Democracia, enferma y envenenada como la dejó el oncenio fujimontesinista, con la Corrupción más destructiva de toda nuestra Historia y crímenes de lesa Humanidad.
    NO HAY POLITICA COMO CIENCIA, GESTION, GOBIERNO, DEMOCRACIA, GOBERNABILIDAD Y GOBERNANZA, No hay Partidos Políticos – hoy existe QUIOSCOS de VENTA de puestos hacia una RIFA NACIONAL. solo miremos con responsabilidad, ¿Dónde se ha visto 42 partidos políticos? Solo una realidad la mayoría con FIRMAS FALSAS y NO pasó nada. sigue la CORRUPCIÓN – donde pones el dedo brota pus» como decía hace más de 150 años el Maestro Gonzales Prada.
    Finalmente es importante expresar ningún «Partido Político, movimiento o grupo» de Derecha, extrema Derecha, Centro, Izquierda Democrática o Extrema Izquierda ha sido capaz de trabajar por un PROGRAMA O PROYECTO PAIS para el SIGLO XXI. HOY NO HAY UN PROGRAMA DE GOBIERNO ECONOMICO, SOCIAL POLÍTICO SOSTENIBLE para los tiempos del siglo XXI, tiempos donde la crisis del sistema económico y político hegemónico, como es el neoliberalismo está en Profunda Crisis y donde la propia GLOBALIZACIÓN es atacada y destruida por sus propios autores. Políticas hoy norteamericanas, y donde no hay lugar para la UNIPOLARIDAD, es una realidad el SUR GLOBAL, Las Economías emergentes de los BRICS y el Nuevo Orden Global, la MULTIPOLARIDAD o el llamado Multilateralismo Político del siglo XXI.

Dejanos un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked with *.