Por: Danna Felipe Benegas

EN MINERÍA Y AGRICULTURA

El moqueguano es una persona amable, respetuosa de sus tradiciones y de su sociedad. Muestra una calidad humana increíble, pero no olvidemos que Moquegua es pilar de la minería peruana. Su riqueza en minerales impulsa al mundo. El mismo que también se rinde al sabor de sus paltas y frutas. Muchos afirman que nadie las iguala en el planeta entero. Vinos y aguardientes son parte de su carácter. El mismo que estuvo presente en la consolidación de nuestra Independencia.

“Como moqueguano, me siento orgulloso. Pese a que la pasamos mal, siempre estuvimos ahí, dispuestos a colaborar con el país. Moquegua no se desentendió. Siempre estuvo presente, apoyando las necesidades del país. Tenemos bastante resiliencia. Pese a todo, el moqueguano sigue ahí, se levanta”, puntualiza con respeto el historiador moqueguano Pedro Pablo Peralta Casani.

En términos bélicos, el historiador moqueguano resalta que el departamento más pequeño de la Macrorregión Sur ha tenido una participación notable. No solo en la gran lucha por la Independencia, con la Batalla de San Antonio y otras más. Después de eso, siguió defendiendo la patria, como en la guerra del Pacífico.

En ambos participaron incluso estudiantes del ahora colegio Simón Bolívar, el cual este año celebra su bicentenario. “Siendo estudiantes, dieron su vida para defender lo que ellos consideraban correcto”, resalta. Los moqueguanos no ignoraron a su nación pese al difícil episodio producto de la independencia, y eso es digno de admirar.

“El resultado de la independencia para Moquegua no fue favorable, porque muere su comercio. El gran mercado que tenía Moquegua era el Alto Perú, es decir, Bolivia.
Al separarse de Perú, el comercio de vinos y aguardientes decae notablemente, y los moqueguanos son perjudicados, porque Bolivia era un nuevo país y todos los productos que ingresen están sujetos a impuestos. La producción minera de Potosí (Bolivia) también decae, y ahí es donde se hacía dinero para poder comprar nuestros vinos y aguardientes. Entonces, prácticamente todo el siglo XIX es decadencia económica para Moquegua como consecuencia de la independencia”, relata Pedro Pablo.

Detalla que Arequipa también producía vinos y aguardientes, pero Moquegua dependía más de este comercio. De igual manera, Arequipa tuvo la oportunidad de cambiar el comercio de las bebidas nombradas por el de lanas. La materia prima ingresaba desde la sierra gracias a su ferrocarril.

En este punto hay que precisar que Moquegua pertenecía a Arequipa como una de sus provincias. No obstante, en 1853, después de la proclamación de la Independencia, esta dejó de serlo. Se crea el departamento de Moquegua con las provincias Moquegua, Arica, Tacna y Tarapacá. La región que hoy en día conocemos, con las provincias de Mariscal Nieto, General Sánchez Cerro e Ilo, viene después.

“En cambio, Moquegua no tiene vía férrea como la de Arequipa, desde Puno hasta Arequipa. En el caso de Tacna, hay desde La Paz (Bolivia) hasta Arica (limita con Tacna, pero actualmente pertenece a Chile), que favorece a Tacna. Moquegua solo tiene hasta Ilo, que no llega a abastecer con productos de la sierra para poder procesarlos”. Además, en Arequipa se instalan casas comerciales.

Con relación a Tacna, Peralta Casani explica que, aparte de la vía férrea desde La Paz hasta Arica, que favorece a Tacna, Arica es el puerto natural de Bolivia. “Tacna se hace del comercio”. Señala que Tacna y Moquegua tenían prácticamente la misma población a finales del siglo XVIII, unos 5 500 habitantes. A inicios del siglo XX, Moquegua sigue con esa cantidad, mientras su vecina triplicó. “Aumentó la población porque había más prosperidad por el comercio”.

No es hasta mediados del siglo XX que, con la instalación de la mina Cuajone, se habla de un cambio económico importante para Moquegua. Hoy en día los materiales extraídos son usados por muchísimos países y decir que es de Moquegua, es sinónimo de calidad.

Tristemente, esta historia que debe llenar de orgullo a todos los moqueguanos es poco conocida.

“Hay desconocimiento. Los temas relacionados a la independencia en Moquegua no se han estudiado mucho, la población no sabe que Moquegua la pasó mal como resultado de la independencia y de su constante fidelidad. La población solo vive lo de ahora y desconoce el pasado. En parte se desconoce porque varias investigaciones de la independencia han salido recién, es decir, no hace mucho tiempo. Además, estudiosos de la historia en Moquegua no abundan”, expone.

Eso entristece a Peralta Casani, pues, como afirma todo renombrado historiador, quien no conoce su pasado no entiende su presente, y por ende, no puede proyectarse a futuro. La identidad patriótica de Moquegua no es la que debería, y es un trabajo aún pendiente para sus autoridades. Pues nadie ama lo que no conoce. En especial, la enseñanza debe estar enfocada en las nuevas generaciones, que actualmente están más ensimismadas en lo que hay incluso fuera del Perú. Es importante, primero, amar lo nuestro.

Nuestro entrevistado nos comparte que siendo conocedor de la historia, el mayor orgullo que tiene como moqueguano es que, pese a que su tierra es pequeña solo sabe brindar calidad tanto en sus productos como en sus personas. Allí nacieron y crecieron hombres y mujeres que le han dado al departamento presencia a nivel nacional.

“El principal orgullo para mí es que, siendo una región muy pequeña, ha dado hombres y mujeres que han aportado notablemente al país. José Carlos Mariátegui, Domingo Nieto, Mercedes Cabello de Carbonera, Luis Eduardo Valcárcel, Horacio Zeballos Gámez, Pedro Mariano Cabello, Manuel Camino de la Torre, entre otros. Pese a su limitada población, han salido personas que le han dado presencia a nivel nacional”, finalizó.

Excelencia humana es el aporte de Moquegua al Perú.