Arequipa: 485 años de resiliencia, empresa y progreso

Por Carlos Fernández Fernández

Herencia histórica y actualidad de una tierra que nunca se doblega

Arequipa, al cumplir 485 años de fundación española este 15 de agosto, es mucho más que una ciudad de blancos sillar y volcánicos paisajes. Es el resultado de una forja colectiva de culturas, emprendimiento milenario, coraje frente a la adversidad y una inquebrantable voluntad de desarrollo. Juan Guillermo Carpio Muñoz, uno de los más brillantes historiadores de la región, cuando desarrolló una investigación por el 125 aniversario de la CCIA, nos iluminó la historia empresarial de este pueblo, desde sus orígenes prehispánicos hasta su pujante presente moderno.

DEL TRUEQUE ANCESTRAL AL TEJIDO EMPRESARIAL

Mucho antes de la llegada de los conquistadores españoles, en el fértil valle regado por los ríos Chili, Socabaya y Yura, florecían etnias como los Yarabayas y Copoatas. Estos grupos, organizados en mitmas y llactarumas, desarrollaron complejos sistemas de intercambio de bienes, aprovechando la tierra rica, la variedad de productos y la necesidad de complementar dietas y saberes. El comercio ancestral se tejía entre pueblos como Yanahuara, Chumbivilcas, Chilques, Callapas, Mascas, Chichas, Orejones y Collaguas, bajo la mirada regulatoria del imperio incaico.

Si bien no existía una noción moderna de empresa, sí predominaron prácticas de gestión comunitaria y red de distribución, controlados por la reciprocidad y el ayni. Estos cimientos serían la semilla para el posterior desarrollo comercial arequipeño.

FUNDACIÓN, CONFLICTOS Y NACIMIENTO DE LA CÁMARA DE COMERCIO

La fundación de la ciudad por los españoles, como subraya Carpio Muñoz, se realizó en la actual Plaza de Armas y no en San Lázaro, desmitificando narrativas erróneas. Con la llegada del modelo empresarial hispano, Arequipa se convirtió en un eje mercantil estratégico que, a lo largo de la colonia y luego de la independencia, fue puliéndose a golpe de cambio, bonanza, crisis y reconstrucción.

Tras la guerra con Chile, en plenos vaivenes de una sociedad herida pero no vencida, los empresarios decidieron crear, el 23 de septiembre de 1887, la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa (CCIA), organización que desde hace 138 años impulsa el progreso económico y social regional.

EVOLUCIÓN Y LIDERAZGO ACTUAL

En la actualidad, Arequipa alberga un millón 200 mil habitantes urbanos y una región que sobrepasa el 1.3 millones. Su economía se sostiene en pilares robustos:

Agricultura: principal generadora de empleo, con proyectos emblemáticos como Majes Siguas II, cuyo relanzamiento es vital para el desarrollo agroindustrial, pues en la actualidad ocupamos un postergado décimo lugar a nivel de regiones, según Adex.

Industria minera: representa el 32 % del PBI regional, generando más de 39 400 empleos directos, y este año el canon minero ya sumó S/ 1 144 millones para la región.

Energía renovable: la región proyecta liderar en generación de energías alternativas gracias a nuevas inversiones y políticas activas, como la reciente puesta de la planta solar San Martín en La Joya.

Comercio y Turismo: sectores en permanente crecimiento, impulsados por la promoción como “Arequipa, región para invertir” y la riqueza cultural y gastronómica.

Construcción: motor clave en el crecimiento urbano y empleo.

Competitividad: Arequipa ocupa el tercer lugar nacional, aunque enfrenta retos vinculados a pobreza (15.8 %) y anemia infantil (35 % según INEI 2024).

La CCIA y otros gremios empresariales articulan acciones en seguridad, compras locales, impulso turístico-gastronómico y apoyo a microempresas. Los empresarios arequipeños, fieles a su mística ancestral, han sabido transformar aislamiento y geografía adversa en oportunidades de negocio, innovación y rebeldía positiva.

DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES

A pesar de la fortaleza, persisten retos como la corrupción, pobreza y anemia infantil, que exigen consensos, inversiones público-privadas (Obras por Impuestos, sistema que da muy resultados y se promueven) y una integración social más profunda. La ejecución de proyectos mineros y de infraestructura sigue siendo clave para acortar brechas sociales y consolidar el desarrollo sostenible.

Hoy, ese legado sigue vivo. La CCIA impulsa acciones en ejes clave: seguridad ciudadana, promoción de compras a productores locales, impulso del turismo y la gastronomía, y convenios para micro y pequeñas empresas. Todo bajo un lema que resume una vocación: «Arequipa, región para invertir». Sin embargo, los desafíos son tan imponentes como el Misti. Con casi 1.2 millones de habitantes en la ciudad, enfrentamos problemas que exigen consenso y acción. La mística de nuestros antepasados, que superaron el aislamiento del desierto y las montañas para construir una urbe indomable ante sequías y terremotos, es la misma que hoy se necesita para combatir lacras sociales como la corrupción.

Recordar la herencia de los primigenios pobladores de Arequipa significa no perder de vista la centralidad del campo y la minería en el ADN regional. El esfuerzo, la tenacidad y la confianza en los nuevos vientos de mercado mundial son el combustible para que la Ciudad Blanca nunca deje de ser referente nacional en empresa, innovación y liderazgo, honrando su historia y apostando sin temor por el futuro.

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