La presidenta Dina Boluarte, en su último mensaje a la Nación, dio las siguientes cifras en porcentajes: “el año 2024 la inflación fue de 2 %” por debajo de los principales países de América”, “el año 2024 el PBI creció 3.3 %”, “para el cierre del presente año, estimamos crecer 3.1 % a 3.5 %”; “en diciembre del año 2022, la deuda pública del país fue equivalente a 33.3% del PBI, al cierre del 2024 se redujo a 32,1%, al cierre del primer trimestre 2025 a llegado a 31.1%”; “en el segundo trimestre del presente año se ha alcanzado un superávit fiscal de 0.7% del PBI”; “los ingresos tributarios crecieron 14.6%, el mayor avance desde el tercer trimestre de 2022”; “el déficit fiscal anual acumulado hasta junio del presente año 2.6% del PBI”, “el año 2024, el déficit fiscal fue 3.5% el presente año el déficit podría estar de 2.6%
a 2.8%”, “por debajo del promedio de las economías emergentes del mundo (5.5%) y del promedio de América Latina (4.7%)”. Sin duda alguna nuestro país, en la macroeconomía, está bien desde hace décadas gracias al Banco Central de Reserva, responsable de la política monetaria, y del Ministerio de Economía y Finanzas y Consejo Fiscal, responsable de la política fiscal.

También expuso las siguientes cifras: “De enero a mayo de 2025, las exportaciones ascendieron a 33 410 millones de dólares, 22.3% mayor respecto del mismo período de año 2024”, “entre enero y abril de 2025, las exportaciones mineras superaron el 22.7% comparado con el mismo período de 2024”; “se ha contribuido en 8.8% al cierre de brecha de vivienda urbana”, “el año 2026 se contribuirá en 5% el cierre de brecha”; “ha incrementado en 3.2% el coeficiente de electrificación rural”; en Vivienda, anunció una meta modesta; en los demás rubros no estableció metas. “La Evaluación Nacional de Logros de Aprendizaje 2024 confirma avances: el 32.8% de estudiantes de cuarto de primaria comprende lo que lee frente al 28.1% del año 2023 y el 29.5% resuelve problemas matemáticos con mayor seguridad frente al 22.5% del año anterior”. Estos resultados no son para alegrarse, sí para asumir compromisos, no lo hizo. Sin educación de calidad, no hay competitividad, no mejoraremos la democracia en la que se respeten derechos y honren deberes; y no creceremos como sociedad en ciudadanía, tolerancia, civismo y ética.

Cuestionamos no haya dado cifras de pobreza, si disminuyó o incrementó; consideramos, adrede, las ha ocultado, el motivo está en el Decreto Supremo N.° 007-2025-MIDIS que aprueba la Estrategia multisectorial para contribuir a la reducción de la pobreza urbana, así como el Documento Técnico para su Piloto de Implementación (El Peruano: 16/07/25); en el sexto considerando, se lee: “Que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares – ENAHO, la pobreza urbana en el Perú ha aumentado de 14.5% en 2015 a 24.8% en el 2024, afectando de manera más severa a niñas, niños, mujeres y población de lengua materna originaria”, vienen a ser los grupos sociales más vulnerables del país.

Este nefasto incremento de la “pobreza urbana” en 10.3% en nueve años, a razón de más de 1.14% por año, obligó al Gobierno nacional a proponer la “Estrategia multisectorial para la reducción de la pobreza”. Recordemos, sin prejuicios mezquinos: el segundo gobierno de Alan García (2006-2011), redujo la pobreza de 48% a 28%, veinte puntos menos en cinco años, 4 % cada año, sin Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis); acontecimiento sin precedentes en Perú y América Latina, cumpliendo con los objetivos del milenio de la ONU del año 2000 al 2015.En los posteriores gobiernos: Ollanta Humala (2011-2016), Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), Martín Vizcarra (2018-2020), Francisco Sagasti (2020-2021) Pedro Castillo (2021-2022) y Dina Boluarte (2022-2026), es donde la pobreza urbana se incrementó, todavía con Midis, creación de Humala, y mantenido por los demás gobiernos. Es imperdonable que se hayan ocultado las cifras de pobreza urbana. Preguntamos: ¿el Midis no está sirviendo para reducir la pobreza, sino, para “alimentar” a la burocracia?