Por: Carlos Meneses

Es posible también que el viaje de la señora Boluarte haya apresurado la actitud de Gustavo Petro, pero no hasta el extremo de provocar un conflicto internacional.

La presidenta Dina Boluarte ha dirigido un mensaje al país que ha sido sumamente claro para terminar con una discusión que ni siquiera debió iniciar el presidente colombiano, Gustavo Petro. Los derechos nacionales en el límite fronterizo están definidos y bastaría un diálogo entre diplomáticos de las dos naciones para encontrar solución a lo que nunca debió producirse.

Lo que ocurre debe ser superado mediante conversaciones amigables y sensatas, pero si es necesario acudir a un arbitraje internacional, no existe dificultad para hacerlo. La mandataria ha pedido a los peruanos tener calma y nuestra nación está convencida de que la razón nos asiste, solo falta que los conocedores se pronuncien y que la paz no se altere entre pueblos hermanos que han convivido muchos años juntos en el límite de fronteras con Colombia y Brasil.

Esa paz no debe romperse, pero el presidente Petro se equivocó de camino y ahora tiene que ver como arregla un problema que nosotros no hemos provocado y que probablemente tiene su origen en diferencias mínimas que se evidenciaron hace más de 6 meses cuando Dina Boluarte sufrió un desaire al acercarse a saludar al jefe de Estado colombiano.    

La prudencia de nuestra Cancillería es inteligente y clara, no hay ninguna duda de que las cosas son claras y que en ese lugar han convivido en paz brasileños, colombianos y peruanos, pero el territorio es nuestro. Hay que serenar espíritus y conversar tranquilamente evitando excesos que puedan conducirnos a males mayores.