Colombia: crónica de una muerte anunciada
PUNTO DE VISTA

Parafraseando a Gabriel García Márquez, el asesinato de Miguel Uribe Turbay en Colombia significa un golpe a la oposición, ya que el senador era una de las figuras jóvenes con mayor proyección en la derecha que podía unir sectores conservadores, liberales moderados y votantes anti-Petro. Su ausencia deja al Centro Democrático sin un rostro fresco y mediático para el 2026.
Esto daría una ventaja indirecta para la izquierda que está en el poder (Pacto Histórico), ya que pierde a un crítico fuerte, pero también a un potencial rival electoral peligroso. Además, significa un menor riesgo para enfrentar una campaña con alta polarización y un líder opositor carismático.
Pero, en paralelo, este magnicidio provocará un real acomodo en la derecha con posibles herederos en su electorado con figuras como María Fernanda Cabal, Paloma Valencia o incluso outsiders conservadores.
El reto de los sectores de centro y derecha colombianos será evitar la fragmentación y encontrar un candidato competitivo antes del 2026.
Asimismo, este trágico acontecimiento tendrá efectos en el centro político, ya que este sector podría ganar terreno si la derecha no logra un liderazgo fuerte. Esto, a su vez, podría favorecer alianzas entre centro y derecha para enfrentar a la izquierda de Petro en el poder.
En cuanto a la narrativa y clima electoral, el atentado y muerte de Uribe Turbay genera un clima de inseguridad y polarización política que puede impulsar discursos de mano dura en seguridad y orden, lo que favorecería a partidos conservadores, pero que, sin una figura como él, les costará capitalizarlo.
Cabe destacar que cuando Miguel Uribe Turbay tenía 4 años de edad –en agosto de 1990– su madre Diana Turbay Quintero (hija del expresidente colombiano Julio César Turbay Ayala) fue secuestrada por el grupo Los Extraditables, de Pablo Escobar, quien quería presionar al presidente César Gaviria para que derogara el tratado de extradición con Estados Unidos. La estrategia de Pablo Escobar para secuestrarla fue engañar a Turbay para que aceptara una supuesta entrevista con Manuel Pérez Martínez, alias el Cura Pérez, comandante del ELN, dado que anteriormente Turbay había entrevistado a Carlos Pizarro Leongómez ayudando a la desmovilización del movimiento terrorista del M-19. Ella fue asesinada en cautiverio en enero de 1991. Hay que señalar que con el magnicidio de Miguel Uribe Turbay son 8 los candidatos presidenciales asesinados en América Latina: Jorge Eliecer Gaitán (Colombia, 1948) ; Jaime Pardo Leal (Colombia, 1987) ; Luis Carlos Galán Sarmiento (Colombia, 1989); Carlos Pizarro Leongómez (Colombia ,1990) ; Bernardo Jaramillo Ossa (Colombia, 1990) ; Luis Donaldo Colosio (México, 1994) y Fernando Villavicencio (Ecuador, 2023).
Este contexto de violencia política marcará el rumbo de las elecciones presidenciales en Colombia. Los siguientes meses serán claves en el futuro político del país cafetero.
