El gran pintor que conocí de niño
Jorge Vinatea Reynoso era autodidacta y pintó su autorretrato para salir a colores.
Por Carlos Meneses Cornejo
ESPECIALES DE AREQUIPA
Cuando cumplí los 7 años de edad, mis padres me enviaron al colegio San Francisco de Asís, ubicado en la tercera cuadra de la calle Jerusalén, a la sección preparatoria pues entonces no había jardín de infancia ni cosa parecida y con un silabario Bruño que tenía un metro para separar las palabras de “mamá”, “papá”, “hijo”.
Uno de mis compañeros de clase era un muchacho con un cuerpo menor que el mío en peso y tamaño, con él estudié los tres primeros años en el mismo plantel y hasta alguna vez tuvimos desacuerdos sobre temas que casi nos llevan a los golpes.

Ese niño cuando estábamos en el tercer año comenzó a tratar de conseguir que un grupo de alumnos los acompañaran a la casa en la que vivía. Cuando aceptamos la idea nos condujo a la última cuadra de calle Santa Catalina que da con la Av. Juan de la Torre, su afán era mostrarnos las pinturas que hacía su tío Jorge Vinatea Reynoso, un poeta nacido de Manuel de Vinatea y Elena Reynoso.
Ingresamos a una casa antigua y luego a una habitación grande donde había muchas pinturas. En unos casos eran murales y en otras reseñas de paisajes, procesiones y aficiones de hombres o mujeres, quien nos recibió fue la madre de mi compañero, él nos habló de lo maravilloso de los pinceles de su tío y dijo que su tío era un autodidacta y todos le creímos.
Jorge Vinatea Reynoso había nacido el 13 de abril de 1900 y nadie podía suponer que moriría joven de un mal pulmonar irreversible e incurable, hizo su primera exposición de caricaturas y dibujos en la fotografía de los hermanos Vargas que resultó un éxito para él y un hermano mayor de nombre José Manuel lo invitó a Lima para que estudiara en la Escuela Nacional de Bellas Artes.
Allí fue alumno de Daniel Hernández y del escultor español Manuel Piquera, durante los 5 años que estudió en la Escuela de Bellas Artes fue el primer alumno, por lo cual mereció una medalla de oro de la escuela y también llevó su arte a una exposición en Los Ángeles (Estados Unidos).
En el año de 1930, su problema de salud se complicó y decidió volver a su tierra para recuperarse, vino a Arequipa para vivir en la zona de Los Arces (Cayma) buscando buen clima.

Mientras mi compañero hablaba, yo miraba las pinturas y le pedí conocer al pintor, solo me mostró un autorretrato que hoy ustedes pueden apreciar por gentileza del enterado y entendido Leo Ugarte.
El 15 de julio de 1931, antes de que yo naciera, Jorge Vinatea Reynoso a las 20.30 horas murió y sus restos mortales fueron trasladados al cementerio de La Apacheta, a su sepelio solo asistieron 10 personas, entre las cuales estaba el pintor Manuel Alzamora y el recientemente fallecido intelectual Javier Bacacorzo. Jorge fue sepultado en el pabellón Santa Elisa 330.
Patricio Ricketts Rey de Castro dice haber sabido que Jorge Vinatea tenía un amor platónico por una alumna inalcanzable para él, Elena Izcue, pero el romance no se formalizó nunca, pues él temía contagiarle su mal.
Jorge Basadre, Manuel Rivas Castro, la Universidad Católica de Santa María (UCSM) y el diario El Pueblo publicaron notas sobre su triste y prematura muerte.
Cuando salimos de la cita tuvimos la seguridad de que Jorge Vinatea fue una maravilla como pintor y más como arequipeño, dicen que en total tuvo 18 hermanos y hemos podido conseguir una colección de sus mejores obras casi todas las pudimos ver donde su sobrino nos llevó.
Después de la visita, volvimos en columna al colegio San Francisco de Asís, por lo menos dos de mis compañeros no resistieron el deseo de llorar. Jorge Vinatea Reynoso no existía, había muerto antes de que lo fuéramos a buscar.
El sobrino que nos guio y su madre que nos explicaban lo que veíamos también se apenaron de que ya no estuviera para enseñarnos a tomar un pincel y hacer algunos trazos con ellos.
Después de esa visita no los volvimos a ver. El sobrino de Vinatea se cambiaría de colegio porque no volvió más a clases, el compromiso se había cumplido y la verdad es que a nosotros nos gustó más conocer a ese gran pintor del siglo XX que nació con el siglo y murió muy temprano.

Quiero hacer notar que sobre la vida de Vinatea Reynoso han escrito dos expertos como son el historiador Mario Rommel Arce Espinoza, autor del libro Arequipeños que hicieron historia, y Dante Zegarra López que alcanzó a publicar el Diccionario Biográfico de Arequipa. Uno, Arce, llama a nuestro pintor Jorge Vinatea Reynoso y Dante asegura en su libro que el gran pintor arequipeño se apellidaba De Vinatea y no Vinatea solamente. Lo que sí sé es que sea como sea a nosotros los chicos del colegio San Francisco nos pareció haber visto una obra maravillosa cuando conocimos su valor y su calidad.
